El verbo

 

 

1. CONCEPTO

La palabra verbo no procede de la latina <<Verbum>>, que en esa lengua significaba <<Palabra>>, porque designa una clase de palabras que funciona como núcleo de la oración y es además la única palabra capaz de construir una oración por si sola. El verbo es, pues, <<la palabra por excelencia>>, y de ahí su nombre como categoría. Su forma es muy variable, ya que está constituida por un lexema y una desinencia que comprende seis morfemas verbales: persona, número, Tiempo, Modo, Aspecto y Voz.

Desde el punto de vista semántico, los verbos son palabras que expresan acción, estado o proceso.

 

1.1 EL SISTEMA VERBAL.

Se entiende por sistema el conjunto de formas que constituyen la conjugación, porque todas ellas se relacionan entre sí por oposición entre alguno de sus morfemas. Así, se puede hablar de oposición entre: formas personales / formas no personales, entre presente / pasado / futuro, entre indicativo / subjuntivo, entre primera persona / segunda / tercera, etc.

En el español el sistema verbal está integrado por tres modelos de conjugación: A la primera corresponden los verbos a cuyo lexema el infinitivo añade la terminación "ar"; a la segunda los infinitivos que añaden la terminación "er"; y a la tercera los infinitivos en "ir". Por ello, la raíz o lexema, que aporta el significado fundamental de la acción (significado léxico), se obtiene suprimiendo la terminación ar / er / ir al infinitivo correspondiente. Por ejemplo: cantaste, de cantar, raíz / cant; comías, de comer, raíz / com; partirás, de partir, raíz / part.

El lexema verbal puede presentar afijos (prefijos o sufijos) que maticen el significado del lexema: llov / er, llov / vizn / ar; re / marc / ar, etc.

En cuanto la desinencia o terminación, contiene todos los morfemas verbales, aunque no siempre se puedan separar y a veces sólo son analizables por comparación de unas formas verbales con otras: cant-aba-mos se opone a cant-aba en persona y número, a cant-are-mos en un tiempo y aspecto, y a cant-ara-mos, en modo.

 

2. MORFEMAS VERBALES.

Elemento de la lengua que expresa las categorías gramaticales. Los morfemas verbales pueden ser: de persona, número, modo, tiempo, voz y aspecto.

 

2.1 PERSONA.

Las personas de las formas verbales pueden ser:

 

2.2 NUMERO.

El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos. No presentan variaciones de número las formas no personales del infinitivo y gerundio: hablar, hablando.

Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular por su referencia nocional de la impersonalidad: nieva, nevaba.

A veces, aparecen usos verbales que presentan una relación especial de concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con sujetos en singular: Eso son amores. Este tipo de discordancia es aceptada porque responde a razones de significación o de sentido, dado que, aunque el sujeto vaya en singular, tiene significado de plural.

 

2.3 MODO.  

El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su realización será más o menos incierta, virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa... Es una categoría específica del verbo.

 

 

 

El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la acción o proceso como algo perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está aquí. Había acudido mucho público. Iré a tu casa hoy.

El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar y a él pertenecen las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso como algo irreal, como un hecho que existe en su pensamiento pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que estés en casa. ¡Ojalá lo hagas! Acaso vaya.

El modo imperativo expresa mandato u orden, función apelativa, se utiliza exclusivamente en situación de discurso. El mandato es la subjetivación del enunciado con matiz significativo optativo en grado máximo, sólo se utiliza en la segunda persona.

El imperativo sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente de subjuntivo: No lo hagáis.

 

2.4 TIEMPO.  

El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un concepto de medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o comportamientos que expresa con el verbo y, para ello, utiliza un segmento imaginario en el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir, futuro.

La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción simultánea, anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El presente es puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado, y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso, en la conjugación española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en el futuro.

Los tiempos verbales del modo indicativo son:

2.5 VOZ. 

La voz es la categoría gramatical que indica si el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay dos voces, activa y pasiva.

La voz activa indica que el sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el verbo, acción que se ejerce sobre un objeto: Pedro compró una casa.

En la voz pasiva, el sujeto no realiza la acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide con el objeto. El agente puede estar especificado o no: La casa fue comprada por Pedro. El verbo español ha perdido las formas propias de la voz pasiva latina, para su expresión, se utiliza el verbo ser más el participio del verbo conjugado, en concordancia con el sujeto: El león es temido. Los leones son temidos. Sólo admiten la voz pasiva aquellos verbos que pueden usarse como verbos transitivos.

Otra forma de expresión de la voz pasiva es la pasiva refleja, que aparece en construcciones en voz activa con el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la catedral a las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la acción del verbo (abren: son abiertas). Se, morfema indicativo de voz pasiva (S.I. "Símbolo de Impersonalidad"), indica que el sujeto gramatical debe interpretarse como objetivo.

 

2.6 ASPECTO. 

El aspecto es el morfema verbal que indica el tiempo interno de la acción expresada por el verbo: Luis amó, Luis amaba, nos indica si la acción verbal ha acabado ya (amó), o si está en proceso o desarrollo (amaba). El aspecto no supone, a diferencia de la categoría tiempo, ubicación alguna, pero sí tiene en cuenta, al considerar la acción aislada, el factor temporal que subyace a su realización, desarrollo y conclusión. Por ello, aunque no se confunden, existe una relación entre ambas categorías. No indica si la acción es presente, pasada o futura respecto al momento del hablante, sino que indica la medición interna del proceso verbal con referencia al término o transcurso del mismo proceso: amó, amaba indican acciones que ya se han dado en el pasado, pero amó indica que la acción ya se había acabado en ese momento del pasado, y amaba expresa que la acción seguía realizándose en el pasado.

El aspecto verbal puede ser:

También las formas no personales  expresan aspecto perfectivo o imperfectivo:

Infinitivo simple: imperfectivo, cantar;

Infinitivo compuesto: perfectivo, haber cantado;

Gerundio simple: imperfectivo, cantando;

Gerundio compuesto: perfectivo, habiendo cantado;

Participio: perfectivo, cantado.

 

 

3. PERÍFRASIS VERBALES.

Son construcciones verbales formadas por un verbo gramaticalizado o semigramaticalizado, conjugado en forma personal, al que le sigue otro verbo en infinitivo, gerundio o participio; entre estas formas verbales puede aparecer una preposición o una conjunción.

 

3.1 FORMA.

La forma de las perífrasis verbales consta de un verbo conjugado en forma personal, o gramaticalizado, (más preposición, conjunción o nada), más infinitivo, participio o gerundio.

La primera forma verbal está gramaticalizada porque en el contexto en el que aparece ha perdido su significado habitual, quedándose convertida en un mero auxiliar de la forma no personal  que le sigue, a la que aporta un significado modal o aspectual; indica la persona, el tiempo y el modo. La forma no personal es la que tiene el contenido semántico de la construcción.

Son perífrasis verbales las formas compuestas de todos los verbos, las formas de la voz pasiva y las frases verbales.

Entre la primera y la segunda forma verbal pueden aparecer intercaladas, en ocasiones, algunas palabras: Te hubiera rápidamente contestado si hubiera tenido un teléfono cerca. Han sido efusivamente aclamados. Estamos de nuevo intentándolo.

 

3.2 FUNCIÓN.

La función de una perífrasis verbal es ser núcleo del sintagma verbal de una oración o proposición.

 

3.3 SIGNIFICACIÓN.  

Para la significación de las perífrasis verbales se establece la siguiente clasificación:

 

3.3.1 PERÍFRASIS MODALES.  

Haber de + infinitivo: He de salir. Hemos de ayudarlos.

Haber que + infinitivo: Hay que decírselo. Hay que pensar antes de actuar.

Tener que + infinitivo: Tienen que convencerlo. Tuve que ponerle suelas a los zapatos.

Deber + infinitivo: Debéis hacerlo. Deben acordar las condiciones.

Deber de + infinitivo: Debe de ser médico o enfermero. Deben de vivir en la misma ciudad.

Venir a + infinitivo: Vendrán a ser las seis de la tarde. ¿Con esto vienes a decir lo mismo que yo?

Tener que + infinitivo: Tal vez tenga que hacer lo mismo. Quizá tuviera que tener más amigos.

Poder + infinitivo: Podrían ser tres o cuatro chiquillos. Probablemente pueda sernos útil.

 

* Deber + infinitivo indica una obligación: debo estudiar; mientras que deber de + infinitivo señala una posibilidad o una suposición: debe de estar bueno cuando ya viene a trabajar.

 

3.3.2 PERÍFRASIS ASPECTUALES.  

Muestran el desarrollo de la acción verbal:

Ir a + infinitivo: Iba a decirlo. Mañana voy a llamar a mis primos.

Pasar a + infinitivo: Paso a exponer el siguiente tema.  Ahora pase a explicar el proyecto.

Estar a punto de + infinitivo: Estoy a punto de triunfar. Estás a punto de resolver el problema.

Echarse a + infinitivo: Se echó a reír. Nos echamos a temblar.

Ir a + infinitivo: No vayas a pensar esto.

Ponerse a + infinitivo: Se puso a pintar. Se pusieron a imitar al jefe.

Romper a + infinitivo: Rompió a llorar. Apaga el fuego cuando rompa a hervir.

Comenzar a + infinitivo: Aunque con esfuerzo, comenzó a ascender en el trabajo. Comenzaron a llegar.

Seguir + gerundio: Sigue pensándolo mismo. Seguimos escuchando la música que nos gusta.

Estar + gerundio: Estamos viviendo en Perú. Está leyendo el mismo libro que yo.

Andar + gerundio: Anda molestando todo el día. Siempre andáis danzando de un lado a otro.

Venir + gerundio: La historia viene siendo la misma. Venimos observándolo desde hace un año.

Llevar + gerundio: Lleva pensándolo desde ayer. Lleva llamándote mucho tiempo.

Dejar + participio: Dejé dicho esto. Dejamos encargado el regalo.

Estar + participio: Estoy asombrado por lo que oigo. Estoy apartado de la política.

Llevar + participio: Llevamos cantadas cuatro canciones. Llevas hecho medio trabajo.

Tener + participio: Tengo comprado el regalo. Tiene realizado todo el trabajo.

Quedar + participio: Quedamos citados a las tres. Quedó satisfecho con sus disculpas.

En algunas de estas construcciones, resulta difícil saber si el participio forma parte de una perífrasis verbal o si es un complemento predicativo; dependerá del mayor o menor grado de gramaticalización que presente la primera forma verbal.

Volver a + infinitivo: Volvió a salir a la calle. Volvamos a revisar la ortografía.

Dejar de + infinitivo: Dejamos de frecuentar ese ambiente. Dejó de hacerse falsas ilusiones.

Acabar de + infinitivo: Acaban de llegar. Acabo de recibir el telegrama.

Cesar de + infinitivo: Cesó de escribir al enfermar. Cesaron de molestarme.

Terminar de + infinitivo: ¿Terminaste de estudiar? Termino de leer esto y te acompaño.

Acostumbrar + infinitivo: Acostumbra tomar té. Acostumbra salir pronto.

Soler + infinitivo: Solía ganar a las cartas. Suelo acostarme pronto.

 

4. CLASES DE VERBOS. 

Desde un punto de vista formal, los verbos pueden ser regulares, irregulares y defectivos. Según criterios morfosintácticos, los verbos se clasifican en verbos auxiliares, plenos, copulativos, predicativos, transitivos, intransitivos, pronominales, regulares, irregulares y defectivos, y según su significado léxico en verbos perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e iterativos.

 

4.1 VERBOS REGULARES E IRREGULARES.  

Los verbos regulares son los que, en las distintas formas que pueden adoptar en su conjugación, se ajustan siempre a las formas del verbo que se toma como modelo en la conjugación a la que pertenece. Saltar, partir, amar.

Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los modelos clásicos de la conjugación, ya que presentan alteraciones en la raíz o en el lexema: cuelo de colar, debía ser *colo; en el morfema o terminación: anduve, de andar, debería ser *andé; o en ambas partes a la vez: puso, de poner, debería ser *ponió. Las irregularidades de las formas verbales están motivadas por transformaciones fonéticas que han sufrido estas formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado a soluciones múltiples, por lo que no es fácil agrupar las irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a reglas fijas. Se clasifican en verbos irregulares totales y verbos irregulares parciales.

Los verbos irregulares totales son los que cambian totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos ir: yo voy, tú ibas, él fue; y ser: nosotros somos, vosotros erais, ellos fueron.

Los verbos irregulares parciales son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas que presentan en su conjugación, son todos los verbos irregulares excepto ser e ir: anduvo, piensas, tuvo, tendríamos.

 

4.1.1 IRREGULARIDADES MÁS FRECUENTES. 

Se suelen agrupar según tres modelos o grupos: modelo de presente, modelo de pretérito y modelo de futuro.

Las irregularidades del modelo de presente consisten en:

Diptongación de la vocal del lexema o raíz: apretar, yo aprieto; poder, yo puedo. Esta irregularidad es muy frecuente en los verbos españoles, así: acertar, calentar, fregar, comenzar, confesar, defender, encender, extender, gobernar, manifestar, merendar, almorzar, mostrar, mover, oler, probar, resolver, soñar, volar, volver...

Adición de consonante (n, z, y): venir, yo vengo; producir, yo produzco. Otros verbos que presentan esta irregularidad son: agradecer, apetecer, compadecer, conocer, crecer, favorecer, merecer, nacer, perecer, tener, poner, valer, concluir, destruir, influir...

Cierre de la vocal de la raíz, e pasa a i: Gemir, yo gimo; servir, yo sirvo. Otros verbos: vestir, competir, concebir, elegir, freír, medir, pedir, reír, rendir, seguir, teñir...

Las irregularidades del modelo de pretérito son cierre de la vocal de la raíz e que pasa a i, y o que pasa a u: gemir, él gimió; servir, el sirvió.

Uso de pretéritos fuertes: todos los verbos regulares tienen sus pretéritos indefinidos acentuados en la sílaba final, son pretéritos débiles: canté, temí, partí.

Los pretéritos fuertes son los que llevan su acentuación en la penúltima sílaba y son irregulares: tener, yo tuve; haber, yo hube, y otros verbos como: andar, anduve; estar, estuve; poder, pude; saber, supe; venir, vine; querer, quise; traer, traje; conducir, conduje; decir, dije; hacer, hice...

Las irregularidades del modelo de futuro consisten en:

Pérdida de la vocal pretónica: caber, yo cabré; poder, yo podré...

Pérdida de vocal pretónica y aumento de consonante: valer, yo valdré; salir, yo saldré; venir, yo vendré; poner, yo pondré...

Pérdida de vocal y de consonante: hacer, yo haré; decir, yo diré.

Además de estas irregularidades, los verbos españoles presentan otras que suelen ser menos frecuentes: decir, yo digo; caber, yo quepo; saber, yo sé.

 Hay otra serie de verbos, los verbos irregulares aparentes, que presentan en alguna de las formas de su conjugación alteraciones gráficas que no responden a irregularidades verbales, sino que corresponden al cumplimiento de las normas ortográficas de nuestra lengua: toque, rece, cace...

 

4.2 VERBOS DEFECTIVOS.  

Los verbos defectivos no son verbos irregulares desde el punto de vista formal, sino que carecen de algún tiempo o persona; unas veces, por su especial significado, y otras, por dificultades de pronunciación. Así, son defectivos los verbos impersonales que, por su significación de fenómenos atmosféricos o de naturaleza sólo se utilizan en tercera persona de singular: amanecer, anochecer, llover, nevar, tronar, granizar... Hay otros verbos defectivos de uso frecuente: balbucir, balbucí; agredir, agredió; abolir, abolió; transgredir, transgredió; atañer, atañe; concernir, concierne; soler, suele, solía, solió.

 

4.3 VERBOS AUXILIARES.  

Los verbos auxiliares son los que han perdido o debilitado su significado verbal, y se utilizan para la conjugación de otros verbos, como haber, que se utiliza para la formación de los tiempos compuestos: he comido, y ser, que se usa para la conjugación en voz pasiva: Él era admirado. Otros se emplean en combinaciones con formas no personales del verbo de significado pleno y forma una perífrasis verbal o frase verbal que pueden ser aspectuales: está durmiendo, volvió a hablar.

 

4.4 VERBOS PLENOS.  

Los verbos plenos son aquéllos que poseen contenido semántico pleno: comer, golpear, llorar, dormir.

 

4.5 VERBOS COPULATIVOS.  

Los verbos copulativos tienen como función servir de nexo o unión entre el sujeto y un elemento nominal o adjetivo, que le es atribuido: Luís es listo. Pedro es arquitecto. Son los verbos ser, estar, parecer y resultar.

 

4.6 VERBOS PREDICATIVOS.  

Los verbos predicativos son los que tienen significado pleno y constituyen el núcleo sintáctico y semántico del predicado: el perro duerme, el obrero trabajaba.

 

4.7 VERBOS TRANSITIVOS E INTRANSITIVOS.

Los verbos transitivos son aquéllos que necesitan de un objeto o complemento directo para completar su significación: Juan come verduras.

Los verbos intransitivos son los que no necesitan un complemento directo, tienen significado completo: Juan corre.

Aunque en el uso lingüístico, los verbos no son en sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se denominan así, según su uso: Juan come patatas, uso transitivo, y Juan come mucho, uso intransitivo. No obstante, hay verbos que se utilizan casi siempre como intransitivos: vivir, caminar, existir, nacer, morir. Y otros casi siempre acompañados del complemento directo: hacer, tener, comer: Yo hago secundaria. Hizo su trabajo. Él tiene calor. Él comió chocolate.

 

4.8 VERBOS PRONOMINALES.  

Los verbos pronominales son los que se construyen con pronombres de igual persona que el sujeto del verbo: marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse...

A este grupo pertenecen los verbos reflexivos, que los hay de dos tipos: falsos reflexivos o pseudoreflexivos, los que tienen forma reflexiva pero no valor reflexivo; la acción no recae sobre el sujeto que la realiza: Juan se atreve; y reflexivos gramaticales, aquéllos en los que el sujeto es a la vez objeto de la acción: lavarse, peinarse...: Sergio se lava. Daniel se peina.

Verbos recíprocos son los que implican a varios sujetos que realizan la misma acción y la reciben mutuamente: Daniel y Sergio se pelean.

 

4.9 VERBOS IMPERSONALES.

Los verbos impersonales son aquéllos que carecen de sujeto: Nieva, llueve, truena. Son los llamados verbos de la naturaleza y también unipersonales, pues sólo se utilizan en tercera persona de singular.

 

4.10 VERBOS SEGÚN SU MODO DE ACCIÓN. 

Según el modo de acción, que es una categoría semántica propia del verbo y que caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su manera de acontecer, los verbos se clasifican en perfectivos, imperfectivos, incoativos, frecuentativos e iterativos.

 

4.11 VERBOS PERFECTIVOS.

Los verbos perfectivos designan acciones o procesos que requieren alcanzar su culminación para producirse como tales: saltar, conducir, morir, nacer, abrir, cerrar; por ejemplo, el significado de cerrar no se alcanza hasta que la acción se completa.

 

4.12 VERBOS IMPERFECTIVOS.

Los verbos imperfectivos son aquéllos que no necesitan alcanzar su culminación para que la acción o proceso tenga lugar o sea completa: andar, leer, nadar, dormir, oír, pintar; por ejemplo, el significado de leer, encierra un tránsito.

 

4.13 VERBOS INCOATIVOS.

Los verbos incoativos o ingresivos son los que marcan el comienzo de una acción o comportamiento: amanecer, envejecer, palidecer, iniciar. A veces, indican la duración de la acción o comportamiento y presentan forma reflexiva: enfriarse, calentarse, dormirse, enriquecerse...

 

4.14 VERBOS FRECUENTATIVOS. 

Los verbos frecuentativos son los que indican una acción frecuente o habitual: cortejar, merodear, tutear. Suelen ir acompañados de procedimientos léxicos o gramaticales que refuerzan el significado frecuente o habitual de la acción verbal: Luís ‘tutea’ a menudo a sus abuelos.

 

4.15 VERBOS ITERATIVOS. 

Los verbos iterativos o reiterativos expresan acciones compuestas de varios actos iguales y repetidos: golpear, manosear, vagabundear, patear, besuquear.

 

5. ESTILÍSTICA DE LAS FORMAS VERBALES.

Cada tiempo y modo del verbo tiene un valor estilístico del que se sirve el hablante para expresar su estado anímico, independiente del momento temporal real en que pase la acción, aunque siempre ligado a los significados de los tiempos y modos verbales.

 

5.1 MODO INDICATIVO.

El presente indica que la acción expresada por el verbo se da en la época misma en que se habla: Luís vive en Guadalajara. Sergio trabaja aquí. Puede presentar matices temporales específicos:

 

 

 

 

5.2 MODO SUBJUNTIVO.  

6. SINTAGMA VERBAL.
Es el segundo constituyente de la oración gramatical, su núcleo es el verbo en función de predicado y a él se refieren, directa o indirectamente, todos los complementos que forman el sintagma verbal.

FORMA  
El núcleo del predicado verbal es un verbo predicativo, que tiene contenido semántico pleno; si tiene otros elementos adyacentes, son los complementos del verbo. Estos complementos pueden ser sintagmas nominales, adjetivos, preposicionales o adverbiales.

Los verbos que llevan un complemento directo que complementa su significación, son verbos transitivos, y son verbos intransitivos cuando poseen una significación completa, cerrada en sí misma, que no requiere de complemento directo: Sergio enseñó el traje (complemento directo). Luís duerme mucho; aunque ambos llevan o pueden llevar otros complementos verbales.

Complemento indirecto indica a quién va dirigida la acción del verbo: Compré una casa a Carlos.

Complemento de régimen o suplemento, su uso es imprescindible para la comprensión de algunos verbos: Creo en vosotros; Habla de ello.

Complementos circunstanciales, formados por sintagmas preposicionales: Sergio juega en la calle, con sus amigos, por las tardes; o por sintagmas nominales: Todos los días, esta semana; o por sintagmas adverbiales: Lo hice ayer; Estoy aquí. Pueden indicar lugar: Vivimos en Madrid; tiempo: Iré el martes; modo: Escribe con cuidado; materia: El pan se hace con harina; instrumento: Corta el pan con cuchillo; compañía: Saldré con Sergio; cantidad: Te lo dije dos veces; finalidad: Estudié para médico.

Predicado nominal, su núcleo sintáctico es un verbo, pero desde el punto de vista semántico, lo atribuido es una cualidad o característica expresada por un elemento nominal o adjetivo, que califica o clasifica al sujeto; el verbo sirve de enlace entre el sujeto y el atributo. A estos verbos se les llama copulativos, son verbos carentes de significado pleno: El perro es un animal. La casa estaba vacía. Sergio es agradable.

El sintagma nominal precede siempre al sintagma verbal en la estructura profunda: Ese chico te está mirando, pero estos elementos pueden invertirse en la estructura superficial: Te está mirando ese chico.

El orden de las palabras dentro del sintagma y el orden de los sintagmas dentro de la oración depende de cada hablante, de sus predilecciones. Una misma persona emplea diferente orden de palabras según el oyente a quien se dirija, su intención expresiva o la intensidad de los sentimientos expresados. La posición del sintagma nominal con respecto al sintagma verbal puede seguir varios órdenes:

Orden lógico: el sintagma nominal va en primer lugar, seguido del sintagma verbal, corresponde a la estructura profunda: Ese chico te está mirando.

Orden invertido: sintagma verbal antepuesto, interesa marcar anticipadamente la acción verbal: Te está mirando ese chico.                                         

Orden rítmico: muy frecuente en la poesía y con el fin de destacar unas palabras determinadas: Allí estaban, en la plazuela, los muchachos              

Orden impulsivo, se coloca en primer lugar el sintagma verbal, porque lo que importa es recalcar la acción, como expresión de sentimientos: ¡Qué te mira ese chico!

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