Uso de la tilde

 

Acento ortográfico.-

 (Este texto fue tomado del "Esbozo..." de la Real Academia Española, que es poseedora de los derechos de autor).

 Las palabras se caracterizan en la lengua española por un solo acento de intensidad, aunque poseen un elevado índice de frecuencia en el uso, el cual afecta a una sílaba fija de cada palabra. La escritura utiliza en determinados casos el signo ortográfico llamado tilde, que se coloca sobre el núcleo de la cima silábica y se omite en otros, con arreglo al sistema siguiente:

 A.- Palabras sin diptongos, triptongos ni hiatos.

 

    1.° Palabras agudas de dos o más sílabas.-

 

    2.° Palabras graves de dos o más sílabas.-

     La regla ortográfica es aquí inversa a la desarrollada en el subapartado anterior.

 

    3.° Palabras esdrújulas.-

    Se escribe siempre la tilde sobre la vocal de la antepenúltima sílaba: ménsula, cómitre, tílburi, árbitro, ímpetu; alhóndiga, mozárabe, intríngulis; matemáticas, efemérides, esperpéntico, etc.

 

 B.- Palabras con diptongos o triptongos en los que entran una vocal de la serie /a, e, o/ y una (o dos, si se trata de triptongos) de la serie /i, u/.

    La presencia de diptongos o triptongos no altera, en general, la regulación anterior. Cuando la sílaba prosódicamente acentuada debe llevar tilde en los diptongos o triptongos, se coloca sobre la vocal de la primera serie. En los ejemplos que siguen se escribe de modo diferenciado el diptongo o triptongo prosódicamente acentuado (escrito con tilde o sin ella) y el inacentuado.

    1.° Palabras agudas de dos o más sílabas.-

         a) Con tilde  (regla A1.° anterior): agrav (como agravé), sal (como saló del verbo salar), racn (como razón), estáis (estás), estéis (estés).

         b) Sin tilde  (regla A1.° anterior): remediad (como remedad), seriedad (como heredad), casual (casal), cuartel (cartel), hidromiel (tambíen hidromel), ujier, escrito también hujier (como mujer), ajuar (ajar), secuaz (sagaz).

    2.° Palabras graves de dos o más sílabas.-

        a) Sin tilde  (regla A2.° anterior): cielo (como celo), miera (mera), sueña (seña), cuasi (casi), cuota (cota), hacia (haza), legua (lega), arduo (ardo), albaida (albada), donaire (como donare, de donar), causa (casa), defienden (ofenden), parias (paras, de parar).

        b) Con tilde (regla A2.° anterior). hsped (como césped), actil (dátil), réquiem (tótem), albéitar (néctar), Dguez (Pérez).

    3.° Palabras estrújulas.-

     Llevan siempre tilde (regla A3.°): cartide, cnaga, mirpodo, gramo, cdruple, mrdago, cáustico, enfitéutico, etc.

    4.° Excepciones.-

    Las palabras agudas que terminan en uno de los diptongos /ái/, /éi/, /ói/, o en triptongos de esta misma terminación, se apartan de la regla B1.° a  y no llevan tilde en la sílaba final, que se escribe -ay, -uay, -ey, -iey, -oy: guirigay, ayayay, Paraguay, carey, maguey, curiey, Araduey, Alcoy, rentoy. Emplean la tilde, pero escribe -i en vez de -y, las voces paipái, samurái y acaso alguna más. Deben asimilarse a las formas hispánicas con -y (no lo son las formas con -i) los nombres agudos, generalmente patronímicos de origen catalán, terminados en los diptongos —decrescientes como los anteriores— /áu/, /éu/, /óu/, voces que los catalanes o los descendientes de ellos, dentro y fuera de Cataluña, emplean sin tilde: Monlau, Abreu, Palou.

 

C. Palabras con hiato en el que entran una vocal de la serie /a, e, o/ y otra de la serie /i, u/.-

        1.° La regulación ortográfica del hiato obedece a principios diferentes de los examinados hasta aquí. Es cierto que una letra vocálica marcada con tilde va unida, como siempre, a la condición prosódicamente acentuada del fonema vocálico que representa. Pero la tilde marca, además, una frontera silábica entre vocales que el lector, privado de ese indicio, podría interpretar como vocales agrupadas silábicamente en diptongo. De aquí la distinción, y algunas veces oposición, entre vario /bá.rio/ y varío /ba.rí.o/. Las reglas ortográficas del hiato no son, a pesar de todo, tan completas como lo son las que ayudan a distinguir unas de otras las voces agudas, graves y esdrújulas, cuando estas voces están privadas de diptongos y de hiatos, como ocurre con las del apartado A, que, por eso, hemos colocado sistemáticamente en cabeza. El hiato lo señalamos con tilde, por ejemplo, en ra-í-da, pero no en ri-a-da. Se señalan, por lo tanto, las vocales de la serie /i,u/, pero no las de la serie /a, e, o/.

         2.° En palabras agudas, la /i/ y la /u/ de los hiatos, decrescientes en este caso, llevan siempre tilde sin las distinciones que establecen las reglas del subapartado A1.°. Escribimos, por consiguiente, -í, -ú, no solo en las voces que según dicha regulación deben llevar tilde, como ca-í, le-í, mo-hín, sa-ín, a-ún, pa-ís, sonre-ís, pro-ís; sino también en las que no llevarían tilde según las reglas de A1.°, como son: ca-íd, ra-íl (se escribe también como monosílabo rail), ba-úl, Alta-ír, emba-ír, fre-ír, re-ír, fefa-út, ca-híz, ma-íz.

        3 En las palabras llanas escribimos también siempre í, ú, tanto en el reducido número de voces que, por terminar en consonante, diferente de n o s (con hiato creciente o decreciente), coinciden con las reglas del subapartado A2.°: crú-or, flú-or, Dí-az, Dí-ez, La-ínez, como en las que, por terminar en vocal, n o s, se apartan de dichas reglas.

   

        4.° En las palabras esdrújulas, la i de la antepenúltima sílaba, en hiato decreciente o creciente, se escribe siempre con tilde, de acuerdo en todos los casos con la regla general del subapartado A3.°: ve-hículo, de-ípara, ole-ífero; prí-amo, endí-adis, mirí-ada, cardí-aco, perí-odo. 

 

D. Palabras con diptongo o hiato en los que entran solamente vocales de la serie [a, e, o].-

    1.° A diferencia de /i/ y de /u/ prosódicamente acentuadas, que llevan siempre tilde cuando forman hiato con otra vocal más abierta, como acabamos de ver, la /e/ y la /o/ prosódicamente acentuadas no llevan siempre tilde cuando forman hiato con vocal más abierta /a/. La regulación ortográfica se atiene, en estos casos, a los principios generales establecidos en los subapartados A y B. Carecen, pues, de tilde voces como ca-ed, Isma-el, tra-er, ra-hez, a-eda; le-a, le-an, le-as, mare-a; Ara-oz, ta-hona, ta-honas; lo-a, lo-an, lo-as, Bidaso-a. Llevan tilde Ja-én, tra-éis, Ma-ón. Estas mismas normas generales se aplican cuando es /a/ la vocal prosódicamente acentuada en el hiato, como en deca-e, deca-en, deca-es; cre-ad, le-al, saque-ar; re-acto, cre-ado, pero: arrá-ez, de-án, cre-áis, y cuando entran solo en el hiato las dos vocales /e/, /o/: le-ona, empe-ora, co-hete, ro-ed, ro-er, so-ez, pero pele-ón, lo-éis, etc.

    2.° Si cualquiera de las tres vocales se halla en la antepenúltima sílaba, formando hiato decreciente o creciente con cualquiera de las otras dos, se aplican las reglas de A sobre la acentuación ortográfica de los esdrújulos, lo mismo que en C4.°: car-a-ota ‘alubia’ (Venezuela), océ-ano (escrito también oce-ano como palabra llana), meté-oro (escrito también (mete-oro como voz llana), lauré-ola, tro´-ade; fre-ático, co-águlo (articulado también sin hiato coá-gulo) ga-élico, po-ético, ge-ómetra, etc.

    3.° A primera vista, cabría preguntarse si una palabra como área podría haber sido tratada ortográficamente igual que aria, y óleo lo mismo que olio, es decir, como palabras llanas escritas sin tilde: a-rea, o-leo. Pero area podría leerse entonces /a.ré.a/, como marea /ma.ré.a/, al paso que aria necesitaría una tilde sobre la i para adoptar ese esquema prosódico. Por otra parte, -ia es siempre diptongo inacentuado cuando aparece detrás de la sílaba prosódicamente acentuada de la palabra a que pertenece: /á.ria/; mientras que -ea, en esa misma posición, también sin acento prosódico, puede funcionar como diptongo (la más veces lo es), pero también como hiato. La regulación ortográfica ha tenido en cuenta la diferente condición fonológica de las dos series de vocales /i/, /u/ y /a/, /e/, /o/  y considera que los grupos -ea, -eo y otros semejantes constituyen hiato y cada una de sus vocales se halla separada silábicamente de la contigua, con lo que han venido a ser ortográficamente, aunque casi nunca prosódicamente, voces esdrújulas.

    4.° En este caso están algún sustantivo en -ae, como Dá-nae, en -ao, como cálao (ave trepadora filipina), Dá-nao; algunos sustantivos en -eo, -ea, como crá-neo, hó-rreo, brác-tea, lí-nea; vários adjeteivos en -eo, -ea: espontáneo, -ea, deleté-reo -ea, ó-seo -ea, ní-veo -ea; algunos sustantivos en -oe: á-loe (escrito también a-lo e con acentuación griega) hé-roe, á-zoe.

     5.° Nombres de variada procedencia terminados en -ao, con acento prosódico en la /a/, vacilan entre la articulación /áo/ con diptongo, que es la más frecuente, y la articulación /á o/ con hiato: bacalao, Bilbao, Callao, cacao, Menelao, parao ‘embarcación filipina’, sarao, etc., y con ellos la reducción -ao de los participios en -ado, que no es siempre exclusivamente vulgar. Si hubiéramos de tratar -ao como hiato, la falta de la tilde estaría dentro de las reglas ortográficas generales de las palabras llanas terminadas en vocal. Si se trata como diptongo debería llevar tilde la a como las voces agudas que terminan en vocal o en diptongo prosódicamente acentuados: llamará, paipái, samurái. El hecho es que el uso tradicional en la lengua escrita omite con regularidad la tilde, con lo que se establece un paralelismo entre estas formas y las voces agudas que terminan en -ay, -ey, -oy y las que terminan en -au, -eu, -ou .

 

 E. Palabras con diptongo o hiato en los que entran solamente vocales de la serie /i,u/.-

    1.° Los grupos /u i/, /i u/, tanto si forman diptongo como si forman hiato, reciben el mismo tratamiento ortográfico que los del apartado D anterior. Sólo se emplea la tilde cuando lo exigen las reglas generales enunciadas en A y B. Escribimos huid, huir; buitre, casuista, circuito, cuido, fluido, fortuito, fuimos, fuisteis, huimos, jesuita, juicio, pruina, ruido, ruina, pero con tilde: benjuí, cambuí, mordihuí, huí, huís, huías; casuística, huíamos.

     2.° Algunos sustantivos, sobre todo topónimos, se diferencian de las palabras que acabamos de ver por el hecho de que el acento prosódico no afecta a la /i/, sino a la /u/ del grupo /u i/, que vacila en su articulación entre hiato /ú.i/, lo más probable en los topónimos, y diptongo /úi/. vacilación entre hiato y diptongo de la que participan algunas de las voces anteriores, pero con acento prosódico en la /i/ generalmente. Las voces que vamos a examinar ahora se diferencian además de aquellas otras por situarse siempre el grupo /u i/ en fin de palabra y escribirse -uy. No suele escribirse hoy la tilde sobre la u, que se empleaba acaso para señalar el hiato, quizá para señalar la condición de palabra aguda terminada en vocal. Pero la omisión de la tilde en estas voces que es ahora regla ortográfica, las equipara a las terminadas en -ay, -ey, -oy : cocuy (también cucuy y cocuyo ‘especie de luciérnaga’; voz americana); Ardanuy, Beranuy, Bernuy, Espeluy, Montanuy, Serraduy, etc.

    3.° Una serie de onomásticos y patronímicos, de origen catalán, algunos muy extendidos en Castilla, terminan en -iu o -ius con acento prosódico en la vocal i, grafía que representa, según lo más probable, una articulación con hiato /i, u/: Arderius, Codorniu, Felu, Montoliu, Riu, Rius, Viu. Deben escribirse sin tilde, por las mismas razones que han sido expuestas a propósito de los nombres Monlau, Masdeu, Masnou.

 

F. Palabras monosilábicas.-

    1.° Los monosílabos dotados do acento de intensidad, con algunas excepciones que veremos después, se escriben sin tilde: ¡ah!, ya, pian (en la locución pian, piano), vais, guay; fe, pie, cien, diez, ley, buey, fue; ti, muy, ruin, Luis; ¡o! interjección (escrita hoy normalmente oh), no, yo, boj, dos, dio, vio, Dios, voy; ¡uf!, cruz, mus.

    2.° Algunas voces presentan dificultades en su delimitación silábica. Esto ocurre con caos (lat. cha.os, del griego Khá-os), pero la articulación /cá.os/ no afectaría a la acentuación ortográfica (v. subapartado D) . Lo mismo ocurre con vaho. La cuestión es más problemática cuando se trata de nombres propios de persona. Dí-ez, Sá-iz, Sá-inz se acomodan, en estas grafías, a las reglas generales de las palabras llanas. Pero junto al bisílabo Dí-ez existe el monosílabo Diez, que es el mismo apellido que Dí-ez, pero con dislocación del acento prosódico, y lo mismo es seguramente posible con Saiz, Sainz y otros nombres propios de estructura análoga.

    3.° Determinados monosílabos, prosódicamente acentuados, los escribimos con tilde para diferenciarlos de homófonos suyos, también prosódicamente acentuados, que pertenecen a otra categoría o subcategoría gramatical. Así, los pronombres demostrativos éste, ése, aquél, y sus femeninos y plurales, suelen escribirse con tilde, frente a los determinantes demostrativos este (libro), esa (mujer), etc. Las formas neutras de estos pronombres se escriben siempre sin tilde. Igualmente se suele escribir con tilde el adverbio sólo (= solamente), frente al adjetivo solo. En los casos restantes de dos acentuaciones, la diferencia se establece entre dos voces homófonas prosódicamente acentuada la una e inacentuada la otra. Así los interrogativos cómo, cuál(es), cuán, cuándo, cuánto y cúyo (con sus femeninos e plurales), donde, que, quien(es). Además, de dar y de preposición; mí, tú pronombres personales y mi(s), tu(s) pronombres posesivos; de saber y ser, frente al pronombre personal se reflexivo y no reflexivo; si pronombre reflexivo y adverbio de afirmación, frente a si conjunción, sustantivo apelativo y te pronombre personal.

 

 G. Palabras compuestas.-

     1.° Los compuestos (exceptuados los que veremos después), cualquiera que sea el número y la naturaleza prosódica originaria de sus componentes, acentuada o inacentuada, sólo poseen un acento prosódico que afecta al último de sus componentes. El compuesto puede ser agudo, llano o esdrújulo y el uso de la tilde se ajusta a las reglas generales del acento ortográfico (subapartados A-E). Pero el último componente lleva a veces una tilde que no es originariamente suya, sino que se explica por la índole prosódica del compuesto: aguapié (pie, fuera del compuesto), altavoz (voz, fuera del compuesto), amormío (mío), ganapán (pan), guardahúmo (humo), hazmerreír (reír), maestresala (sala), pisaúva (uva), pleamar (mar), Piedrahíta (Hita), portaguión (guión), protohistórico (histórico), salvavidas (vidas), sinfín (fin), sobrehílo (hilo), también (bien), trasdós (dos).

     2.° Si el acento de intensidad afecta al penúltimo componente, se omite siempre la tilde que le correspondería de haberse empleado fuera del compuesto: asimismo (así), penseque (pensé), Piamadre (pía), Riofrío (río), tiovivo (tío).

    3.° Los compuestos españoles formados sobre modelos griegos y latinos o introducidos directamente como voces cultas, poseen frecuentemente el acento de intensidad en el primer componente. La tilde recae entonces sobre la sílaba prosódicamente acentuada del primer componente y la palabra, en estos casos, es siempre esdrújula: írrito, decálogo.

     4.° En los compuestos de dos o más adjetivos que se separan unos de otros con guión, la escritura mantiene la tilde en cada uno de sus componentes cuando la llevan fuera del compuesto, pero la presencia de la tilde no es indicio siempre de que en la pronunciación se haga resaltar el acento prosódico. Hay, por lo menos, vacilación, si se exceptúa el último componente, que conserva en todos los casos su prosodia normal: cántabro-astur, histórico-crítico-bibliográfico.

    5.° Para el empleo de la tilde en los adverbios acabados en -mente, debemos tener en cuenta que respetan la tilde de aquellas palabras a las que se les añade el sufijo: fríamente, inútilmente, tardíamente, certeramente, repentinamente, etc.

 

 H. El acento ortográfico de las formas verbales con pronombres personales enclíticos.-

    1.° Estas formaciones poseen un solo acento prosódico: el del verbo (los enclíticos son palabras inacentuadas). Hay que distinguir dos cuestiones. Por una parte, la presencia o la falta de tilde en el verbo dentro de la formación con enclíticos, comparada con la acentuación ortográfica del verbo cuando se emplea sin enclítico. Por otra parte, la configuración ortográfica acentual del grupo con enclíticos, en relación con las normas generales de la acentuación ortográfica. Por lo que se refiere a la primera cuestión, el verbo conserva en muchos casos su acento ortográfico originario, de una manera constante en las formaciones del número segundo siguiente. Por lo que se refiere a la segunda cuestión, el acento ortográfico de las formaciones con enclíticos está siempre de acuerdo con las reglas generales cuando dicha formación es esdrújula, pero deja de estarlo en algunos casos en que la formación resulta con acentuación llana (los tres últimos ejemplos del número segundo siguiente) y cuando la formación es sobresdrújula (algunos ejemplos del núm. 4.°).

     2.° Las formas verbales monosilábicas y las formas agudas, seguidas de un solo enclítico, se atienen en el uso ortográfico de la tilde al mismo régimen que cuando se emplean solas: da-le, fui-me, decid-me, reír-se, oír-lo, dé-le (del verbo dar), salí-me, partió-se (los verbos con el mismo acento ortográfico que cuando se emplean solos: da, fui, decid, reír, etc; pero la formación se atiene a las reglas generales del uso ortográfico solamente en los cinco primeros ejemplos: dale como sale, de estructura silábica análoga; fuime como fuiste, etc.; en los tres últimos ejemplos, se aparta de las reglas generales: déle diferente acentuación que la palabra ele — nombre de la letra l —, de estructura silábica análoga; salíme diferente de sublime, etc.)

    3.° Si una forma verbal monosilábica o aguda se agrupa con dos enclíticos, la vocal prosódicamente acentuada del verbo se escribe siempre con tilde, aunque no lo requiera cuando se emplea sola: dá-se-lo, dí-me-lo, decíd-nos-lo, pedír-me-la (en contraste con da, di, decid, pedir); partió-se-le, oír-se-lo (de acuerdo con partió, oír). Todas las formaciones se convierten en "supuestas" palabras esdrújulas.

    4.° Si una forma verbal llana o esdrújula  se agrupa con uno o más enclíticos, la vocal prosódicamente acentuada del verbo lleva siempre tilde, lo exija o no cuando se emplea sin enclíticos: hablába-se, mirándo-os, quisiéra-lo, viéra-nos, dába-se-le, hablándo-se-lo, permíta-se-me; dijéra-se-me-lo (en contraste con hablaba, mirando, quisiera, viera; daba, hablando, permita; dijera). Pero decía-me, oía-lo, veía-la; decía-me-lo (de acuerdo con las formas verbales empleadas solas: decía, oía, veía). Todas las formaciones son aquí esdrújulas o sobresdrújulas.

    5.° Cuando alguna de estas formaciones se sustantiva, se emplea tilde si la voz resultante es esdrújula, aunque el verbo no la lleve fuera del compuesto: pésame, pésete. Inversamente, deja de emplearse tilde si el sustantivo tiene acentuación llana, aunque la lleve la forma verbal cuando se emplea fuera del compuesto: acabose, cargareme, detente.

    6.° Aparecen sometidos a un régimen ortográfico especial los imperativos plurales de los verbos reflexivos, o en construcción reflexiva, tras  la pérdida de la desinencia. Formas como marcha-os, detene-os han de emplearse sin tilde, a pesar de que la forma verbal es aguda  y de que se agrupa con un solo enclítico. Pero estos imperativos se igualan así ortográficamente a los nombres terminados en /éo/, /áo/ citados con anterioridad. Como ellos, y por las razones que se exponen allí, vacilan entre diptongo e hiato.

Los verbos en -ir llevan tilde: partíos, a causa del hiato.

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