EJEMPLOS PRÁCTICOS DEL CUESTIONARIO MORFOSINTÁCTICO Y LÉXICO SEMÁNTICO

 

Vicente Marrero Pulido

ULPG

DETERMINANTES

LOS ARTÍCULOS

1. Extraer de determinada parte del texto los artículos, indicar su clase y su función sintáctica, y explicar su valor textual.

Ejemplo:

La última víctima de uno de estos perros ha sido un niño de cuatro años en la localidad mallorquina de Inca. Hace algunos meses, una mujer de 53 años fue destrozada en plena calle de un barrio de Las Palmas de Gran Canaria por un perro mezcla de pit-bull y de stradford, adiestrado para el ataque. Al parecer el perro acabó con la vida del niño mallorquín mientras jugaba en un pinar cercano a su domicilio es un dogo argentino, una especie utilizada habitualmente para la caza.

Perros de ataque. El País

Respuesta:

En el párrafo observamos los siguientes casos de artículos:

                    a) Artículo determinado femenino singular: la última víctima, la localidad, la vida, la caza.

b) Artículo determinado masculino singular: el ataque, Al parecer, el perro, del niño.

c) Artículo determinado femenino plural: Las Palmas.

d) Artículo indeterminado masculino singular: un niño, un barrio, un pinar, un dogo.

e) Artículo indeterminado femenino singular: una mujer, una especie.

En todos estos casos, excepto en dos, la función que cumple el artículo es la de determinante y actualizador del nombre al que acompaña, con el que, como es preceptivo, concuerda en género y número. Las dos excepciones son, en primer lugar, la del nombre propio "Las Palmas", que presenta un comportamiento particular respecto del artículo, pues éste forma una unidad con el nombre y no tiene ningún valor, y, en segundo lugar, la de "Al parecer", donde el artículo forma parte de una locución. A propósito, hemos de precisar que tanto esta forma, al, como la forma del, son casos de artículos contractos, resultado de la unión de las preposiciones a y de con el artículo el respectivamente.

Desde el punto de vista textual, el artículo indeterminado tiene un valor deíctico catafórico, porque señala un nombre que aún no se conoce en el texto y del que posteriormente se va a hablar. Una vez se habla de él y vuelve a aparecer, se presenta con el determinado, que tiene un valor deíctico anafórico, porque se refiere a ese nombre del que ya se habló con anterioridad. El ejemplo lo tenemos en "un niño" y "un perro", nombres que se presentan primero con el artículo indeterminado y posteriormente aparecen con el determinado.

 

 

2. Extraer de determinada parte del texto los artículos, observar su género y su número y comentar si tales morfemas se extienden a otros elementos del enunciado o de esa parte seleccionada.

Ejemplo:

En nuestra opinión, el fenómeno tiene más de despreciable que de admirable, aunque, mientras no afecte a la integridad moral de los espectadores, y especialmente a los más indefensos, los niños, cada cual es libre de ver lo que quiera.

Celtiberia Show. La Razón

 

Respuesta:

Todos los ejemplos de artículos que se encuentran en el párrafo (o en el fragmento) son determinados y concuerdan, como es obligatorio, en género y número con el nombre: "el fenómeno" (masculino singular), "la integridad" (femenino singular), "los espectadores", "los más indefensos", "los niños" (masculino plural), "lo que quiera" (neutro y sustantivador).

La concordancia que se da entre artículo y nombre se puede extender a otros elementos del enunciado o de la oración. Este es el caso de "el fenómeno", cuyo número singular se extiende a los verbos "tiene" y "afecte", de los que es su sujeto, y a los adjetivos "despreciable" y "admirable". Esta reiteración de la concordancia aporta indudablemente cohesión al discurso, es decir, hace que las diversas unidades afectadas aparezcan debidamente relacionadas y organizadas.

 

 

 

LOS DEMOSTRATIVOS, POSESIVOS, INDEFINIDOS Y NUMERALES

1. Extraer de determinada parte del texto los demostrativos (pronombres y determinantes), hablar de ellos (variedades), señalar su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

Hay decenas, cientos de casos como éstos que, de norte a sur, han tenido eco en los medios de comunicación en los últimos años. Y todos tienen un común denominador: la explosiva mezcla de miseria y racismo. Éste nunca se dirige hacia comunidades de extranjeros pudientes económicamente. Las actitudes intolerantes, como las que hemos descrito, apuntan siempre a colectivos de desheredados, aquellos grupos que habitan zonas marginales de las ciudades y que...

El racismo, ese fantasma que nos ronda. El Mundo

 

Respuesta:

Observamos en el fragmento tres casos de demostrativos: éstos (masculino plural), Éste (masculino singular) y aquellos grupos (masculino plural). Los dos primeros indican proximidad y se asocian a la primera persona; el tercero indica lejanía y se asocia a la tercera persona. Asimismo, los dos primeros cumplen una función nominal, por eso se dice que son pronombres, y el tercero cumple la función de determinante del nombre al que acompaña. En todos los casos, estas formas de demostrativos concuerdan con los nombres a los que se refieren: éstos se refiere a "casos", Éste se refiere al nombre "racismo" y aquellos señala al nombre "grupos".

El valor textual de los demostrativos es, por antonomasia, el deíctico anafórico, y, por lo tanto, el valor de cohesión, pues apuntan, en estos ejemplos, a nombres ya presentados en el discurso o ya conocidos. El primer ejemplo apunta a la serie de casos de xenofobia nombrados en el párrafo anterior; el segundo se refiere al nombre "racismo", presentado inmediatamente antes, y el tercero alude a todos esos grupos marginales que conocemos y que viven en las afueras de las ciudades. La deíxis, pues, permite que diversas partes del texto se relacionen.

 

 

2. Extraer de determinada parte del texto los posesivos (pronombres y determinantes), hablar de ellos (variedades), señalar su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

Es preciso hacer, en todo caso, una referencia de fondo. La Constitución, en su artículo 10, defiende explícitamente "la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás. ¿Se puede exponer, aun con su consentimiento, a una persona a la indignidad? ¿Se puede experimentar sobre el libre desarrollo de su personalidad, aunque el sujeto pasivo lo acepte? Llevados a un caso extremo, estamos ante el antiguo circo de mujeres barbudas y criaturas deformes, para regocijo de los espectadores. Consolémonos: algunas sociedades gozan con ejecuciones en directo. La nuestra sólo ha reinventado la ficción contada en "El planeta de los simios".

Celtiberia Show. La Razón

 

 

Respuesta:

En este párrafo se encuentran cuatro ejemplos de posesivos. Los tres primeros ("su artículo", "su consentimiento", "su personalidad") constituyen la variedad apocopada de determinante posesivo de tercera persona del singular. De estos tres, los dos primeros poseen género masculino y el tercero tiene género femenino, porque, aunque en ellos no exista una marca de género, sabemos que los determinantes posesivos poseen el género del sustantivo al que acompañan. Este sustantivo es siempre el elemento poseído. La cuarta variedad ("La nuestra"), es una forma de primera persona, singular y femenina, que, a diferencia de las tres anteriores, se corresponde con un pronombre porque sustituye al nombre "sociedad (española)", que, aunque no está explícito en el texto, se presupone incluido en el nombre "sociedades", y cumple la función de núcleo del sintagma nominal sujeto de la última oración.

Estos posesivos poseen el valor textual de deícticos anafóricos o catafóricos, según se refieran, respectivamente, a nombres presentados en el texto con anterioridad o a nombres que aparecen posteriormente, razón por la que sirven como elementos de cohesión. Estos nombres son los llamados poseedores. Así, el primero de ellos posee un valor anafórico, pues alude al nombre "Constitución"; el segundo, sin embargo, posee un valor catafórico, pues remite al nombre "persona", que aparece inmediatamente después; el tercero, con valor anafórico, alude al mismo nombre "persona", y el cuarto, que es el único caso de pronombre, se refiere -como hemos dicho- al sustantivo "sociedad (española)", es decir, la "sociedad" a la que pertenece la persona que habla. El valor anafórico de este último caso viene dado porque, aunque el nombre "sociedad (española)" no se haya explicitado -como hemos dicho-, se incluye dentro de la palabra "sociedades", presentada con anterioridad a la aparición del posesivo "nuestra".

 

 

3. Extraer de determinada parte del texto los indefinidos (pronombres y determinantes), hablar de ellos, señalar su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

Si hay algo que comentar en este mundo del deporte, ahora que casi ha acabado el verano, es el escándalo de los contratos millonarios que se han suscrito entre algunos clubes y algunos futbolistas, seguido o precedido -no sé qué resulta más escandaloso- por los contratos también millonarios que se han firmado entre los clubes y algunas cadenas privadas de televisión. Este segundo asunto incumbe, al cincuenta por ciento, a la televisión y al concepto que se tenga de sus posibles funciones -no sólo de sus necesarios beneficios- pero, como desarrollarlo nos llevaría muy lejos, lo dejaremos para otra ocasión. Sea dicho, sin embargo, que una programación basada en el deporte que, por muchas causas, es culto nacional, por mucho que se valore el deporte, no resulta satisfactoria y, en último término, no favorece a nadie.

Los contratos millonarios. Soledad Puértolas

 

 

Respuesta:

Los indefinidos engloban una serie de palabras, con función sustantiva o determinativa, que tienen en común delimitar de forma imprecisa las realidades a que el hablante se refiere. En el fragmento que nos ocupa hallamos ejemplos de las dos variedades: por un lado, indefinidos con función sustantiva, es decir, pronombres ("algo" y "nadie", que carecen de la variación de género y número, son neutros); por otro lado, indefinidos con función adjetiva, es decir, determinantes ("algunos clubes", "algunos futbolistas", "algunas cadenas", "otra ocasión" y "muchas causas", que, como vemos, varían de género y de número de acuerdo con el sustantivo al que acompañan y determinan).

En estos casos, la hablante -como hemos dicho- no desea precisar con exactitud las realidades a las que ella se refiere. Al decir, por ejemplo, "algunos clubes", "algunos futbolistas", "algunas cadenas" y "muchas causas", no identifica a los clubes, ni a los futbolistas, ni a las cadenas, ni a las razones, porque, entre otros motivos, los receptores del texto pueden hacerlo sin mucha dificultad. En el ejemplo de "otra ocasión", la incertidumbre o el desconocimiento del momento exacto en que volverá a tratar el tema de los contratos millonarios le impide a la autora determinar con exactitud el sustantivo "ocasión". Así y todo, estas formas poseen un valor deíctico porque, en cierto modo, apuntan a esas realidades representadas por los sustantivos.

Con el pronombre "nadie", referido a personas, se niega la posibilidad de que una programación televisiva basada en el deporte favorezca a algún telespectador. Por lo tanto, la hablante, con la mención de este indefinido, señala a todos los virtuales individuos que ven programas de televisión.

Sólo el caso de "algo" apunta deícticamente con cierta precisión al sintagma nominal que aparece después: "el escándalo de los contratos millonarios...", razón por la que puede verse en este pronombre indefinido un valor catafórico.

 

 

 

4. Extraer de determinada parte del texto los numerales (pronombres y determinantes), hablar de ellos (variedades), determinar su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

Hay dos aspectos en las sectas destructivas que cabe resaltar por su envergadura y su enorme peligrosidad. El primero es la cada vez mayor infiltración de las sectas destructivas en los distintos poderes y esferas sociales, especialmente el político,(...). El segundo se refiere a los niños que nacen dentro de las sectas destructivas, o que son criados dentro de su ámbito.

El drama de los niños sectarios. Eloy Rodríguez Valdés

 

 

Respuesta:

En el fragmento indicado pueden apreciarse tres formas de numerales: "dos aspectos", "El primero" y "El segundo". La primera de las formas, invariable en número (siempre es plural), pertenece a la clase de numerales cardinales, funciona como determinante del sustantivo "aspectos" e indica una cantidad concreta. Las otras dos formas pertenecen a los numerales ordinales y, al actuar como pronombres, cumplen funciones propias de sustantivos. En ambos casos funcionan como sujetos de las oraciones donde se encuentran.

Dentro del texto, aportan un valor de cohesión, pues el numeral "dos" presenta la cantidad de "aspectos" de los que se va a hablar posteriormente, y los numerales "primero" y "segundo", al referirse y sustituir a una palabra presentada con anterioridad, el propio sustantivo "aspectos", poseen un valor deíctico anafórico. Estas dos formas indican, además, el orden en que se presentan los aspectos referidos a las sectas destructivas, esto es, sirven para organizar las partes que se van sucediendo en el discurso.

 

 

5. Extraer de determinada parte del texto los determinantes demostrativos, posesivos, indefinidos y numerales, hablar de ellos y comentar su valor textual.

Ejemplo:

Los sucesos de El Ejido tienen sus claves específicas, derivadas de las singularidades de una población con enormes desigualdades y muchas frustraciones acumuladas. Pero invitan a algunas conclusiones de carácter general, habida cuenta de que la inmigración laboral es uno de los fenómenos que van a protagonizar nuestra vida en los próximos años. La primera conclusión es que España, que tanta emigración y exilio ha producido, no parece culturalmente preparada para recibir a los que tratan de huir de la miseria de sus países. La segunda, que no funcionan los mecanismos de desarrollo estructural necesarios para facilitar la acogida y la integración de estos ciudadanos.

Xenofobia y ambigüedad. El País

 

 

Respuesta:

En este párrafo encontramos muy diversas formas de adjetivos determinativos que pasamos a comentar de acuerdo con la clase a la que pertenecen:

a) Posesivos: "sus claves", "nuestra vida" y "sus países". El primero y el tercero son posesivos apocopados de tercera persona del plural. Ahora bien, el primero, al concordar con el sustantivo al que acompaña, que es el elemento poseído, contiene género femenino, y el tercero, género masculino. Ambos aportan el valor textual de cohesión al referirse a palabras presentadas con anterioridad y que constituyen los poseedores (""Los sucesos" y "los que tratan de huir de la miseria", respectivamente), razón por la que su valor deíctico es el anafórico. La segunda forma, posesivo de primera persona, tiene género femenino y número singular, que son los morfemas constituyentes de la palabra "vida", el elemento poseído. En este caso, el valor textual también es el de cohesión, pues, al tratarse en el texto de los problemas que han ocasionado brotes de xenofobia en España, el posesivo remite a la vida de los españoles en los próximos años, en el sentido de que los españoles han de ir mentalizándose y preparándose para la afluencia de contingentes de emigrantes.

b) Indefinidos: "muchas frustraciones", "algunas conclusiones", "tanta emigración". Los tres casos cumplen la función de determinar a los sustantivos a los que acompañan, concordando con éstos en género y número. El hablante, al usar en el texto estas formas, persigue delimitar y cuantificar de manera imprecisa, o intensificar, como en el tercer caso, las realidades aludidas en los sustantivos. El segundo, además, posee un valor deíctico catafórico, pues la imprecisión que señala se concreta inmediatamente después al aclararse cuáles son y cuántas las "conclusiones" que el autor quiere dar a conocer acerca de la inmigración en nuestro país.

c) Numerales: "La primera conclusión". Podríamos añadir también el caso de "La segunda", que aparece dos líneas más abajo, si tenemos en cuenta que el sustantivo "conclusión" se ha omitido para evitar su repetición; por este motivo, se dice que lo sustituye y actúa con función sustantiva, es decir, como pronombre, y no como determinante. En cualquier caso, se trata de numerales ordinales que poseen el género y el número -femenino singular- del sustantivo al que determina ("La primera conclusión") o al que sustituye ("La segunda"). Desde el punto de vista textual, ambas formas aportan un valor de cohesión, pues presentan en un orden las ideas que se desea comentar y aluden anafóricamente al sustantivo plural "conclusiones", que, como vimos, aparece con anterioridad.

d) Demostrativos: "de estos ciudadanos". Se trata del determinante demostrativo que indica proximidad y concuerda con el nombre al que determina ("ciudadanos") en masculino plural. Observamos que su valor textual es deíctico y anafórico pues, aunque señala la realidad nombrada en el sustantivo "ciudadanos", se refiere, a su vez, a los mencionados en la oración anterior, concretamente en la expresión "los que tratan de huir de la miseria de sus países", cuya proximidad en el texto es evidente.

Como hemos podido comprobar, todos estos determinantes constituyen palabras que van tejiendo el texto y dándole la adecuada cohesión.

 

 

LOS PRONOMBRES RELATIVOS

1. Extraer de determinada parte del texto los relativos, hablar de ellos, señalar su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

El juez Ignacio Sancho Gargallo, haciendo gala de una encomiable sensibilidad social, ha afrontado el problema con las armas que la ley le concede. Desde hace un tiempo, y a petición normalmente de las familias, ordena el internamiento de las muchachas cuya vida se encuentra en peligro precisamente porque no son conscientes del daño que se hacen a sí mismas.

Ley y anorexia. El País

 

Respuesta:

Los pronombres relativos son palabras que sustituyen a nombres que previamente se han presentado dentro de un texto. Estos nombres son los llamados antecedentes. Asimismo, los relativos sirven para introducir proposiciones subordinadas adjetivas, por lo tanto, actúan de enlaces entre la principal, donde se encuentra su antecedente, y la subordinada, dentro de la cual cumplen una función sintáctica. Observemos los ejemplos en el orden en que aparecen en el párrafo indicado:

a) "con las armas que la ley le confiere"

b) "de las muchachas cuya vida se encuentra en peligro"

c) "del daño que se hacen a sí mismas"

Los ejemplos a) y c) constituyen una misma forma invariable; ahora bien, contienen el género y el número de su antecedente, que, en el primer caso, es el sustantivo "armas" (femenino plural) y, en el segundo, el sustantivo "daño" (mesculino singular). En lo que respecta a la función sintáctica, ambos casos, casualmente, cumplen la función de complemento directo dentro de sus subordinadas respectivas.

El ejemplo b) es totalmente distinto, pues es una forma variable en género y número (en este caso, femenino singular), los mismos que posee, no el antecedente, sino el sustantivo al que acompaña ("vida), al que le cumple la función de determinante. Estas diferencias vienen dadas por el doble carácter que tiene la forma "cuyo", es decir, el de relativo y posesivo al mismo tiempo. El carácter de posesivo hace que su antecedente (el nombre "muchachas") sea el poseedor, y el consecuente ("vida") sea el elemento poseído.

A pesar de estas diferencias, todos tienen en común el mismo valor textual, pues actúan como elementos de cohesión que señalan deícticamente otras palabras presentadas con anterioridad (los antecedentes), razón por la que poseen un valor anafórico.

 

 

LOS PRONOMBRES PERSONALES Y LA ELIPSIS

1. Extraer de determinado fragmento del texto todos los pronombres personales, describirlos, indicar cuáles son sus referentes, explicar cuál es su función sintáctica y comentar su valor textual.

Ejemplo:

¿Y la desaprobación? Sin dudar te aseguro que me parece lo más lícitamente democrático del mundo. Tolerar al otro, bueno; peor, darle la razón como a los locos, eso ni hablar. Nada más vigorosa y estimulantemente humano que discutir las opiniones del vecino, criticarlas, incluso tomarlas a cachondeo si se tercia. En cuanto leas estas líneas pecadoras, seguro que dices: "Pero, ¿no hemos quedado en que hay que respetar las opiniones y creencias ajenas?" Pues mire usted que no.

Política de amadores. Fernando Savater

 

Respuesta:

Como su propio nombre indica, los pronombres personales se refieren a la noción de persona gramatical; por esto, se dice que existen tres variedades: de primera, de segunda y de tercera persona, y, dentro de cada una de estas variedades, los hay tónicos (poseen acento) y átonos (carecen de acento). En nuestro fragmento encontramos ejemplos de las tres modalidades y son los siguientes:

a) De primera persona: "me parece". Se trata de una forma átona, singular y, aunque es invariable en género, en este caso, es masculina, pues su referente es la persona que habla, es decir, el autor del texto, que es quien emite la opinión acerca de la "desaprobación" de las formas de pensar ajenas. Cumple la función sintáctica de complemento indirecto dentro de su proposición.

Podríamos decir que existen otras formas de primera persona, pero tónicas, una singular -"yo"- y otra plural -"nosotros"-, pero están elípticas. Nos referimos a los sujetos de los verbos "aseguro" y "hemos quedado", respectivamente.

b) De segunda persona: "te aseguro" y "mire usted". La primera es otra forma átona que, asimismo, cumple la función de complemento indirecto, y se refiere al interlocutor con quien el autor entabla la discusión en torno a la "desaprobación" de las opiniones ajenas, por lo cual se considera también de género masculino. La segunda es una forma tónica singular usada para el tratamiento de respeto y cortesía, y también masculina, al tener como referente al interlocutor. Cumple la función de sujeto y, aunque se considera de segunda persona, concuerda con el verbo en tercera, procedimiento que es característico de estas formas de tratamiento.

Como ocurría con la primera persona, también podemos decir que el sujeto omitido de los verbos "leas" y "dices" se corresponde con una forma tónica de segunda persona del singular ("tú").

c) De tercera persona: "darle", "criticarlas", "tomarlas" y "se tercia". Todas estas formas son átonas, pero la primera se diferencia de las dos siguientes en el género, en el número y en la función sintáctica que desempeña. En efecto, la primera es singular y masculina, pues su referente es otro pronombre masculino -"al otro"-, y cumple la función de complemento indirecto del verbo "dar". Las dos siguientes son plurales y femeninas, pues su referente, que es el mismo para ambas, lo encontramos en el sustantivo "opiniones"; es más, cumplen la función de complemento directo de los verbos "criticar" y "tomar" respectivamente. Sin embargo, la cuarta forma ofrece unas características muy diferentes a las de las anteriores. Es una forma que acompaña al verbo obligatoriamente, como si fuese un componente o un morfema suyo, porque se trata de un verbo pronominal que exige la presencia de ese pronombre, el cual no cumple ninguna función sintáctica específica.

En lo que se refiere al valor textual de los ejemplos encontrados, el pronombre de primera persona se corresponde con la persona de quien habla, de quien emite y sustenta la opinión, característica, además, de los textos expositivo-argumentativos. Los pronombres de segunda se utilizan con la finalidad -como hemos adelantado- de entablarse un coloquio entre el autor y su interlocutor, que es una manera de implicar directamente a los posibles lectores en la argumentación desarrollada en el texto. Sin embargo, las tres primeras formas de tercera persona poseen un valor deíctico anafórico porque remiten y sustituyen a referentes que previamente se habían presentado en el texto y que son los que ya hemos mencionado. Por lo tanto, son ejemplos que sirven de mecanismos de cohesión dentro del texto y que, además, evitan la repetición innecesaria.

 

 

2. Extraer de determinada parte del texto todos los casos de elipsis, indicar qué elementos son los omitidos y comentar el valor textual de este procedimiento.

Ejemplo:

Francia y otros países europeos están viendo cómo la violencia juvenil ya no es sólo marginal; ha entrado con toda su brutalidad en las escuelas y se ha establecido en las aulas, convirtiéndolas en seminario y escenario de sus vandálicas expresiones. España aún no sufre este problema con la intensidad de nuestro país vecino, pero la experiencia francesa debe servirnos para no infravalorar los primeros brotes de violencia verbal, incluso física, que muchas veces se dirigen contra los profesores. En este contexto de prevención y cautela hemos de atender a la progresiva integración de población inmigrante, que merece un especial cuidado para que no se convierta en factor de rechazo primero, y de violencia después. Parece evidente que el problema de la violencia escolar, manifestación del fenómeno más amplio de la violencia juvenil, incluso de la doméstica, no se resuelve sólo con medidas policiales.

Policía en las aulas. ABC

 

Respuesta:

La elipsis es la omisión de una o más palabras dentro de un texto o de una de sus partes. Es un procedimiento ligado a la economía lingüística, pero también al estilo, pues con ella se evitan las repeticiones de unas mismas palabras que ya se han expresado en otro punto del texto. Los elementos omitidos son muy variados, sobre todo los sujetos pronominales de primera y de segunda persona, puesto que la desinencia verbal ya los indica. Prueba de la variedad es el fragmento textual que nos ocupa.

En él se omite en cuatro ocasiones la palabra clave del texto ("violencia"), concretamente en los siguientes enunciados: "ha entrado con toda su brutalidad", "se ha establecido en las aulas", "incluso física" y, en la última oración, concretamente en "incluso de la doméstica". En los dos primeros casos, se dice que el sujeto ("la violencia juvenil") está omitido porque es fácilmente reconocible al haberse presentado en la proposición anterior: "cómo la violencia juvenil ya no es sólo marginal". En los dos casos restantes ocurre algo similar, pues se vuelve a omitir la palabra "violencia" en los segundos complementos del nombre porque ya se contiene expresa en los primeros, que son "de violencia verbal" y "de la violencia juvenil", respectivamente. En los cuatro ejemplos se intenta evitar la repetición.

Otro caso de omisión, que es, como hemos dicho, muy corriente, es el que se produce en la proposición "hemos de atender a la progresiva integración de la población inmigrante", en la que se omite su sujeto ("nosotros") porque la desinencia verbal ya lo expresa.

También se omite el sujeto de la proposición subordinada final "para que no se convierta en factor de rechazo, primero, y de violencia después", y que es el sintagma "la progresiva integración...", puesto que ya se menciona en la proposición principal. Pero obsérvese que, al final de este mismo ejemplo, se produce otra elipsis por las mismas razones. Se trata de las palabras "en factor", de manera que si las restituyéramos, habría que decir: "...en factor de rechazo, primero, y (en factor) de violencia después".

Como hemos señalado, la economía y el estilo son las razones que propician el procedimiento de la elipsis, que, además, constituye un mecanismo importante de cohesión dentro del texto, pues los elementos omitidos en determinado punto son los mismos que se mencionaron en otros puntos anteriores. De aquí que se pueda hablar del valor textual anafórico de la elipsis.

 

 

EL SUSTANTIVO

1. Extraer sustantivos de determinado fragmento del texto, clasificarlos en abstractos y concretos, y explicar por qué predominan unos sobre otros en este tipo de texto.

Ejemplo:

En esta vivencia de la nocturnidad entran, desde luego, otros elementos, y uno de los más importantes es la necesidad de afirmarse frente a los adultos. En la noche, estos adolescentes encuentran un espacio vital que les es propio y donde desaparecen la mayoría de los elementos de control social que sufren durante el día, muy especialmente los de tipo familiar. La noche es el reinado de la transgresión: suspensión del tiempo, de las reglamentaciones, del control. En suma, vivencia a tope del presente y de su infinita plasticidad en un espacio que admite todas las iniciativas. En la noche el joven se afirma a sí mismo, encontrando un espacio abonado para desafiar al mundo de los adultos. Su personalidad se afianza así en un espacio donde encuentra motivos para retroalimentarse en su desarrollo como persona.

Juventud: el mito de la noche. José Luis Abellán

 

Respuesta:

A lo largo de este párrafo observamos múltiples sustantivos, unos concretos y otros abstractos. De los primeros se encuentran, por ejemplo, los siguientes: "adultos", "adolescentes" "noche", "día", "joven", etc., y son concretos porque se refieren a realidades, objetos, entidades o seres que son perceptibles o representables en la mente mediante imágenes. De los segundos hallamos el mayor número de ejemplos: "vivencia", "nocturnidad", "necesidad", "control", "reinado", "transgresión", "suspensión", "reglamentaciones", "personalidad", "desarrollo", etc., y son abstractos porque designan entes, ideas, que carecen de existencia independiente en la realidad.

El predominio de los nombres abstractos en este tipo de textos se debe a que el objeto primordial de estos textos no es la presentación de una realidad física sino la disertación acerca de ideas y la exposición de opiniones, y tales ideas y opiniones se corresponden con abstracciones que hace el autor o son el resultado de su pensamiento. En este texto concreto, el autor manifiesta su opinión sobre el uso que hacen de la noche los jóvenes y expone las razones que motivan ese uso.

 

2. Proponer varios casos de sustantivos para observar la formación del género y del número y para comentar el valor que estos morfemas constitutivos poseen en los enunciados donde se encuentran.

Ejemplo:

Los medios de comunicación, llevados posiblemente por ese estúpido ingrediente llamado "morbo", dan por sentado que no es noticia que un hombre muerda a un perro y sí albergan en las columnas cualquier tipo de ladrido. Parece ser que es ahora cuando los maridos han levantado la mano a las mujeres y llevan toda la vida descargando sobre ellas sus iras (...) Y con ser verdad que la anorexia es más que una enfermedad una tragedia, las modelos se han caracterizado -desde que la pasarela existe- por sus siluetas de sílfide, y si no recordemos a la "Tuiggi", que en los años sesenta parecía la radiografía de un silbido.

Las campañas. S. López Castillo

 

Respuesta:

Todos los sustantivos poseen un género (masculino o femenino), motivo por el que se dice que el género de los sustantivos es un rasgo inherente. Ahora bien, forman el género según diversos procedimientos. En los sustantivos subrayados del fragmento que nos toca comentar, podemos apreciar algunos de estos procedimientos. El primer ejemplo -"perro"- es el de los nombres de animales cuyo género es motivado al relacionarse con el sexo, de tal manera que el masculino, como en este caso, lo forman con la terminación -o y el femenino con la terminación -a. El segundo ejemplo -"maridos"- podemos comentarlo junto con el tercero -"mujeres"-, pues ambos nombres constituyen un caso de género heterónimo, es decir, un tipo de nombres cuyo género se forma cambiando totalmente la palabra: "maridos" es el masculino de "mujeres", que es su femenino. El tercer ejemplo es también diferente, pues la marca de género corre a cargo del artículo, de manera que en este fragmento el nombre "modelos" es femenino porque le acompaña el artículo femenino. El cuarto y el quinto son casos de sustantivos que carecen de alternancia de género, pues "sílfide" sólo puede ser femenino y "silbido", sólo masculino.

En lo que respecta al número, otro morfema inherente, los sustantivos pueden ser singulares o plurales. El singular es el término no marcado, pues no existe ninguna señal que lo indique, como son los casos de "perro", "sílfide" y "silbido". Sin embargo, el plural es el marcado, pues siempre viene dado por una terminación, que pueder ser -s cuando el nombre acaba en vocal, como "maridos" y "modelos", y -es cuando el nombre acaba en consonante, como "mujeres". Claro que no todos los plurales de los nombres se forman de esta manera, pues hay nombres, por poner algunos ejemplos, que terminan en vocal tónica y añaden -es para formar el plural, y nombres cuyo plural lo indica el artículo.

Estos dos morfemas de género y número sirven para establecer la concordancia dentro de los enunciados donde se encuentran los nombres, y, por lo tanto, para fijar la cohesión. Así, por ejemplo, el masculino plural de la palabra "maridos" obliga a que el artículo acompañante sea también masculino plural y la palabra "mujeres" a que sea femenino plural. Pero este último ejemplo también obliga a que el pronombre personal "ellas", que aparece después y sustituye al nombre "mujeres", tenga los mismos morfemas. Es más, el morfema de número se hace extensivo a otras partes del enunciado, como al verbo cuando el nombre es el sujeto de la oración. Observemos que, en el enunciado donde se encuentra la palabra "maridos", los verbos de los que es su sujeto ("han levantado" y "llevan") están también en plural. Igual ocurre con el enunciado "las modelos se han caracterizado...". Y, por poner un último caso, aunque no aparezca subrayado, lo dicho se pone de manifiesto en la primera oración del fragmento, pues el sustantivo "medios" concuerda, por un lado, en género y número no sólo con el artículo que lo determina sino también con el participio "llevados", y, por otro, en número con los verbos "dan" y "albergan".

 

 

3. Extraer del texto, o de determinada parte, los sustantivos (o darlos ya subrayados) para estudiar o analizar sus formantes facultativos e indicar -si es posible- su valor textual.

Ejemplo:

La celebración del Día Internacional de la Mujer, más allá de la inevitable retórica propia de estas conmemoraciones, debe servir para recordar la existencia de una terrible injusticia y para luchar contra ella. (...) Probablemente, la principal revolución social que ha sufrido Occidente en la segunda mitad del siglo XX haya sido la transformación de las condiciones de vida de la mujer, que ha conmocionado desde la vida cotidiana hasta la realidad política.

La mitad de la humanidad. ABC

 

Respuesta:

Los sustantivos no sólo poseen morfemas o formantes constitutivos, como son el género y el número, sino que también pueden llevar morfemas o formantes facultativos, que se unen a la parte llamada lexema e indican fundamentalmente que los sustantivos derivan de otras palabras. Estos formantes facultativos son los llamados afijos, que ofrecen tres variedades: prefijos, infijos y sufijos. Los nombres subrayados en el párrafo son ejemplos que presentan formantes facultativos y que comentamos de acuerdo con el tipo de afijo que contienen:

a) Casos de sufijos. En primer lugar, "celebración", "conmemoraciones" y "transformación" son tres nombres que poseen un mismo sufijo derivativo (-ación), que se une a los correspondientes lexemas ("celebr-", "conmemor"- y "transform-"), pertenecientes a los verbos "celebrar", "commemorar" y "transformar" respectivamente. Por esto se dice que tales sustantivos derivan de verbos. En segundo lugar, el sustantivo "existencia" presenta un sufijo distinto (-encia), que también se une al lexema "exist-", correspondiente al verbo "existir". En tercer lugar, el nombre "injusticia" contiene el sufijo -icia, que indica que este sustantivo deriva del adjetivo "injusto". Y, en cuarto lugar, el sustantivo "realidad" ofrece el sufijo -idad, que asimismo hace ver que la palabra deriva de otro adjetivo, "real".

Todos estos sufijos sirven para formar sustantivos abstractos, a partir -como hemos visto- de verbos y de adjetivos. Como se sabe, los sustantivos abstractos aparecen con bastante frecuencia en textos expositivo-argumentativos, textos en los que se muestra la opinión acerca de determinadas ideas que, forzosamente, implican abstracciones que hace el pensamiento del autor.

b) Casos de prefijos. Algunos de los sustantivos comentados presentan también otros afijos que, al figurar delante del lexema, reciben el nombre de prefijos. Nos referimos a las palabras "conmemoraciones", "injusticia" y "transformación", cuyos respectivos prefijos (con-, in- y trans-) señalan significados diferentes. El primero indica 'unión' o 'compañía', el segundo señala 'negación' y el tercero aporta la idea de 'cambio'.

Son de destacar, en lo que respecta al valor textual, los dos últimos, pues precisamente el autor del texto critica, entre otros aspectos, la situación injusta que han soportado y siguen soportando muchas mujeres, contra lo cual ha sido necesario luchar para lograr el cambio, es decir, la transformación de esa situación vejatoria, aspecto del que asimismo se habla en el texto.

 

4. Seleccionar algún sustantivo para indicar y explicar la función sintáctica que cumple en la oración o en sucesivas oraciones, o extraer determinados sustantivos de un enunciado para señalar y explicar su función sintáctica.

Ejemplo 1:

Cada época tiene su emoción distintiva y nuestra emoción dominante es la depresión. En la actualidad hay hasta diez veces más personas deprimidas que hace dos generaciones y el índice sigue aumentando cada día. Las personas sufren hoy depresión diez años antes que sus padres y, en algunos casos, se presenta en la primera adolescencia. Según las conclusiones del I Encuentro Científico de Expertos de Psiquiatría celebrado hace poco en Montecarlo, la depresión se convertirá en las dos próximas décadas en el segundo problema de la salud mundial, tras las alteraciones cardiovasculares.

La era deprimida. Vicente Verdú

 

Respuesta:

Como es sabido, el sustantivo, desde el punto de vista sintáctico, es el núcleo de un sintagma nominal. Este sintagma nominal puede cumplir múltiples funciones sintácticas dentro de la oración, la principal de las cuales es la función de sujeto. Prueba de ello es lo que ocurre con el sustantivo "depresión" en el párrafo propuesto. En primer lugar cumple la función de atributo puesto que complementa a un verbo copulativo en la proposición "nuestra función dominante es la depresión". En segundo lugar observamos que desempeña la función de complemento directo del verbo transitivo "sufren" dentro de la proposición "Las personas sufren hoy depresión diez años antes...". Por último, comprobamos que también cumple la función primordial, la de sujeto, dentro de la proposición "la depresión se convertirá en las dos próximas décadas...", concordando con el verbo en número singular y en tercera persona. Estas diversas funciones las exige la sintaxis para lograr una adecuada cohesión y un sentido completo.

Asimismo, esta variedad de funciones de un mismo sustantivo dentro de un párrafo o que un sustantivo determinado aparezca con frecuencia en la sintaxis del texto cumpliendo diversas funciones, es normal en el caso que nos ocupa, pues el sustantivo "depresión" constituye la palabra clave en torno a la que argumenta el autor a lo largo del texto. Esta reiteración es, además, otro mecanismo de cohesión textual, pues los distintos enunciados del párrafo se ligan, entre otros motivos, gracias a la presencia de un mismo elemento en cada uno de ellos.

 

 

Ejemplo 2:

Las autoridades están obligadas a tomar medidas legales que impidan tales barbaridades. Brasil es poseedor de un bien precioso que pertenece a todos, y tiene, por ello, una doble responsabilidad, hacia dentro y hacia fuera, de proteger ese don de la naturaleza. El gigante latinoamericano debe proporcionar al resto del mundo la certeza de que vigila atenta y escrupulosamente para que ese codiciado territorio siga siendo la gran reserva natural de nuestro maltratado planeta.

Amazonia de todos. El País.

 

Respuesta:

Los cuatro sustantivos subrayados constituyen núcleos de otros tantos sintagmas nominales que cumplen la función de sujeto de sus respectivas oraciones. El sujeto es la función básica y más importante del sustantivo, pues toda oración -excepto las impersonales- debe poseer un sujeto (explícito o implícito) para que tenga razón de ser. Los cuatro casos son ejemplos de sujetos explícitos o sujetos léxicos, pues están expresos bajo la forma de sustantivos. Estos sujetos, según la regla general, deben concordar en número y persona con el verbo que hace de núcleo del predicado oracional, pues la concordancia es una propiedad fundamental y necesaria para obtener la adecuada cohesión de un enunciado. En efecto, esto es lo que ocurre en los ejemplos señalados:

a) El sintagma nominal sujeto "Las autoridades" concuerda en número plural y en tercera persona con el verbo "están" y, además, en género femenino con el participio "obligadas".

b) El sintagma nominal sujeto "Brasil" concuerda en número singular y en tercera persona con los verbos de los que es sujeto: "es" y "tiene".

c) El sintagma nominal "El gigante latinoamericano" también concuerda en número singular y en tercera persona con el verbo "debe proporcionar".

d) El sintagma nominal "ese codiciado territorio" concuerda asimismo en singular y en tercera persona con el verbo "siga siendo".

 

 

Ejemplo 3:

Pero, en líneas generales, el cáncer es una enfermedad que se adquiere a lo largo de toda una vida. No podemos cambiar el destino que nos tienen reservados los genes ni alterarlos a conveniencia. Pero la ciencia médica tiene fundadas sospechas de que la influencia externa sobre estos genes puede provocar un impacto que a la postre resulta determinante para que una célula se torne en algo maligno.

Comer bien para vivir mejor. La Razón

 

Respuesta:

Estamos ante tres ejemplos de sustantivos que ejercen de núcleos de sintagmas nominales que cumplen la función de objeto directo en sus respectivas oraciones. Se trata de una función complementaria de los llamados verbos transitivos, que, en el párrafo, son "podemos cambiar", "tiene" y "puede provocar". La función de objeto directo es necesaria para delimitar el alcance de esos verbos, de su significado léxico. En el primer caso, por ejemplo, el verbo "No podemos cambiar" precisa de un adyacente o un complemento que concrete lo que realmente no se puede cambiar, y este complemento es el objeto directo. Es más, sin esta función, la oración queda sin sentido completo o lo cambia, lo que afectaría a la coherencia del texto o de esa parte del texto donde se encuentra el complemento directo.

El objeto directo se enlaza con el verbo sin necesidad de marcas, como ocurre en todos nuestros ejemplos; ahora bien, cuando se trata de nombres de personas, es preciso enlazarlo con la preposición "a". En cualquier caso, es reconocible porque el sustantivo puede sustituirse por un pronombre personal átono de tercera persona: "No podemos cambiarlo", "las tiene" y "puede provocarlo".

 

 

5. Extraer de una parte del texto ejemplos de sustantivos de discurso o palabras sustantivadas y comentar tanto el procedimiento de sustantivación como las razones de su uso.

Ejemplo 1:

No se trata, pues, de un problema menor, y debe combatirse con todas las armas posibles. Las sociales, por supuesto, para evitar los factores que contribuyen a desencadenarla; las médicas, facilitando el tratamiento adecuado a cada caso con la celeridad necesaria, y, en último término, si es necesario, las judiciales.

Ley y anorexia. El País

 

Respuesta:

Los sustantivos de discurso son aquellas palabras que pertenecen a otras categorías gramaticales, como el adjetivo, el verbo, etc., pero que desempeñan en el texto la función de un sustantivo, es decir, unidades en las que se opera una metábasis, concretamente lo que se llama un proceso de sustantivación. Este proceso, en determinadas palabras, ya se ha consolidado, es decir, las palabras afectadas se consideran sustantivos casi permanentemente (como "intelectual", "viejo", "técnico", etc.), pero, en otras, la sustantivación es sólo ocasional.

En el fragmento que nos ocupa hallamos ejemplos claros de sustantivos de discurso o de palabras sustantivadas pertenecientes al segundo tipo: "las sociales", "las médicas" y "las judiciales". En los tres casos, los adjetivos "sociales", "médicas" y "judiciales" cumplen la función de sustantivos por dos razones fundamentales: primera, porque están acompañados de artículos, que, como es sabido, son determinantes propios de los nombres, de tal manera que cualquier palabra determinada por un artículo se convierte en sustantivo; segunda, los tres adjetivos aparecen en el fragmento en sustitución del sustantivo "armas", ocupando su lugar. Esta segunda razón es la que explica, en este caso, la sustantivación de los tres adjetivos, pues se intenta evitar repetir continuamente la palabra "armas", es decir, al omitir el sustantivo "armas", se evita su reiteración innecesaria, motivo por el cual aparecen en su lugar los adjetivos. Estamos, pues, ante un caso de elipsis de un nombre que produce la sustantivación de los adjetivos, por lo tanto, tales adjetivos remiten anafóricamente al sustantivo "armas", contribuyendo de ese modo a la cohesión.

 

 

Ejemplo 2:

El tema del cigarrillo es a la vez complicado y simple. Esta es la parte complicada: ¿por qué toleramos una industria que engaña, seduce y hace adictos a consumidores demasiado jóvenes como para comprar legalmente el producto? Comprendo que la respuesta a esta pregunta sea políticamente difícil, dado el enorme poder de las multinacionales tabaqueras. Pero para compensar lo políticamente difícil ahí está la verdad simple: fumar mata. El tabaco es el único producto legal que cuando se usa como es debido causa la muerte.

Mercaderes de la muerte. L. Rojas Marcos

 

Respuesta:

Los sustantivos de discurso son aquellas palabras que pertenecen a otras categorías gramaticales, como el adjetivo, el verbo, etc., pero que desempeñan en el texto la función de un sustantivo, es decir, se opera en ellas una metábasis o un proceso de sustantivación. Este proceso, en determinadas palabras, ya se ha consolidado, es decir, las palabras afectadas se consideran sustantivos casi permanentemente (como "intelectual", "viejo", "técnico", etc.), pero, en otras, la sustantivación es sólo ocasional.

En el párrafo seleccionado se observan tres casos de sustantivación: 1) la del infinitivo "poder", 2) la de un adjetivo ("multinacionales"), y 3) la de otro infinitivo ("fumar"). El primero responde a una sustantivación ya consolidada en la lengua y que ha adquirido un significado propio de un sustantivo; tanto es así que ha generado un plural propio de los nombres: "poderes". El segundo es un ejemplo de adjetivos que tienden a convertirse permanentemente en sustantivos, pues se oye más decir sólo "multinacionales" que "empresas o compañías multinacionales". En cualquier caso, en el enunciado donde la encontramos, esta palabra se hace acompañar no sólo de un artículo ("las") sino también de otro adjetivo ("tabaqueras"), como si se tratara de un auténtico sustantivo. Es más, cumple la función de núcleo de un sintagma preposicional complemento del nombre. Su uso se debe más bien a la economía, a esa tendencia a omitir lo que resulta obvio en el texto, pues en el primer párrafo ya se expresaba el sustantivo ("las compañías tabaqueras"). El tercero es un ejemplo de sustantivación ocasional, pues la palabra es un verbo en infinitivo; no obstante -como se sabe- los infinitivos tienden a cumplir funciones sustantivas y pueden presentarse con artículo ("el fumar"). En nuestro caso, cumple una función propia del nombre: la de sujeto de otro verbo ("mata"), razón que explica su sustantivación. Particularmente el uso de este infinitivo es, en el texto, tal vez más apropiado que el de un sustantivo como puede ser "cigarro", o "cigarrillo", ya que, al tratarse de un verbo, abarca todo un proceso, que es lo que realmente quiere señalar el autor del texto, particularidad que el nombre "cigarro" no contiene ni aporta.

 

 

 

EL ADJETIVO

1. Extraer de determinada parte del texto los adjetivos calificativos que se encuentren en ella, explicar si poseen un valor explicativo o si poseen un valor especificativo y la relación que existe entre estos valores y el texto.

Ejemplo:

En el New York Times aparece una foto más bien inquietante de Charlton Heston esgrimiendo un fusil en actitud de declaración de guerra, y luciendo a su vez un notorio peluquín, lo cual desmerece en cierto modo su pose de heroísmo, sobre todo para quienes le veíamos de niños en Ben Hur o en Los diez mandamientos. La foto está tomada en la convención de ese aterrador organismo norteamericano que se llama la Asociación Nacional del Rifle, de la que Heston es presidente, e ilustra el momento en que nuestro héroe infantil desafía a Al Gore y a todos los partidarios de limitar el acceso a las armas de fuego a quitarle la suya: "Sólo me la podrás arrancar de mis manos muertas y frías", dice el periódico que declamó Heston, agitando el fusil delante de la muchedumbre de sus entusiastas, y uno se pregunta si con tanta emoción se le movería algo el peluquín, o si despojarle de él sería tan difícil como desarmarle.

A mano armada. A. Muñoz Molina

 

Respuesta:

Nos encontramos con un párrafo en el que los adjetivos calificativos aparecen con cierta abundancia, sobre todo por el carácter descriptivo que posee esta parte textual. Estos adjetivos son los siguientes: "inquietante", "notorio", "aterrador", "norteamericano", "nacional", "infantil", "muertas", "frías" y "difícil".

Como se comprueba, es mayor el predominio de adjetivos especificativos (seis) frente a los explicativos (dos), lo que acentúa el rasgo de objetividad del asunto planteado en el párrafo. Decimos que los adjetivos son especificativos cuando restringen y distinguen al nombre complementado, detrás del cual se colocan generalmente. Por ejemplo, el adjetivo "inquietante" distingue al nombre "foto" de otras fotos que no poseen esa cualidad. Igual fin persiguen los casos de "norteamericano", "nacional", "infantil", "muertas" y "frías. Sin embargo, los adjetivos son explicativos cuando poseen un carácter valorativo y expresivo, es decir, no distinguen al nombre sino que señalan y destacan alguna de sus cualidades propias. Así, por ejemplo, los adjetivos "notorio" y "aterrador" son cualidades que poseen los sustantivos "peluquín" y "organismo" respectivamente y no persiguen un fin diferenciador, pues, casi siempre, todo "peluquín" es "notorio", y el "organismo" del que se habla, por su cometido particular (proteger las armas), es "aterrador". Estos adjetivos explicativos, que reciben el nombre de epítetos, particularmente cuando el lenguaje es literario, suelen anteponerse con frecuencia a los nombres.

Además -aunque no venga al caso-, conviene aclarar que encontramos un ejemplo de adjetivo con función de atributo, que aparece en grado comparativo de igualdad. Nos referimos a "difícil" ("sería tan difícil como").

Como podemos deducir, el adjetivo calificativo, por un lado, se caracteriza, en esta parte del texto, por su uso referido a la actitud de desafío que provoca ver en la foto una pose semejante ("foto más bien inquietante"). También se aplica a la imagen personal del actor que se nombra, del que se dice que lleva "un notorio peluquín", adjetivo con el que, con pretendida intención, se busca ridiculizar al personaje. Esta idea está en contraposición con la imagen de antiguo héroe infantil que inspiraba largometrajes de corte bíblico y que, ahora, sin embargo, se agarra a su rifle tan poderosamente que, sólo muerto, se le podrá arrebatar. En este sentido, aparecen los adjetivos coordinados "muertas y frías", de evidente intención delimitadora y restrictiva del sustantivo "manos". Por otro lado, el adjetivo calificativo aparece también acompañando al caso concreto del organismo norteamericano del que se habla y que es calificado, por una parte, de forma valorativa y expresiva por el explicativo "aterrador" y, por otra, de forma restrictiva por el especificativo "norteamericano". La anteposición de "aterrador" refuerza el carácter subjetivo que se desprende de esta valoración negativa. Los adjetivos "nacional" e "infantil" concretan al sustantivo con el que van, y tienen -como hemos dicho- valor especificativo, pues delimitan y restringen la clase de sustantivo genérico ("Asociación" y "héroe", respectivamente).

 

 

2. Explíquese el grado en que se encuentran los adjetivos de determinada parte del texto (o los adjetivos subrayados), cómo se ha formado y qué aporta a los sustantivos complementados. Háblese asimismo del valor que estos grados aportan al texto o a esa parte concreta del texto.

Ejemplo:

Un amigo me comenta, algo inquieto, que su hijo quiere dedicarse a la creación publicística. Lo comprendo: al hijo. La publicidad es un género fascinante. Auténtico realismo mágico. Un sobremundo extraordinario para vender cosas más o menos ordinarias. Vampiriza todas las expresiones, utiliza todos los iconos. Nos vende un coche con la canción más ligera y entrañable de John Lennon, aquella en la que decía que sólo creía en John. La voz dura, marginal y melancólica de Tom Waits se arrastra en la pantalla y la seguimos con la esperanza de que al menos sea un anuncio de orujo gallego. Pero nada. Otro parto automovilístico.

Cámara solitaria contra Gran Spot. Manuel Rivas

 

Respuesta:

El párrafo seleccionado es muy rico en cuanto a la presencia de adjetivos calificativos, dado el propósito descriptivo del autor, y rico también en matices subjetivos. En lo que respecta al grado, no todos los subrayados aparecen de la misma forma. La mayor parte se encuentra en grado positivo, es decir, en su grado básico, no marcado, enunciando una simple cualidad sin ninguna intensificación, como "inquieto", "fascinante", "auténtico", "mágico", "dura", "marginal" y "melancólica". Sin embargo, observamos cuatro casos en que el grado se ha intensificado mediante alguna marca.

El primero de ellos es "extraordinario", adjetivo en grado superlativo absoluto, que se ha formado con el prefijo "extra-", un prefijo que hoy día cunde especialmente junto con la forma "super-" ("extraplano", "supernatural"). Con el superlativo, la cualidad aportada por el adjetivo aparece valorada en grado sumo. También observamos otros dos adjetivos en grado superlativo ("la canción más sincera y entrañable de John Lennon"), pero esta vez la variedad es la del superlativo relativo, formado por las marcas "la + más... + de..." y llamado así porque en realidad se trata de un grado comparativo, pues con esos adjetivos se compara, destacándose por encima, la canción de la que se habla con el resto de canciones de John Lennon.

Por último, nos encontramos con otro adjetivo, "ordinarias", al que se le han antepuesto dos marcas intensificadoras ("más o menos") que le aportan el grado comparativo tanto de superioridad ("más) como de inferioridad ("menos"), pero a las que les falta el segundo elemento de la comparación, que se presupone y que podría ser "que otras", de tal manera que la expresión podría quedar así con todos sus elementos: "cosas más o menos ordinarias que otras". La presencia de las dos marcas simultáneamente sirve para dar al adjetivo una idea de aproximación.

En lo que respecta al valor textual, ya hemos dicho que, en general, los adjetivos, sea cual sea su grado, contribuyen a dar al texto, o a la parte donde se encuentran, un carácter descriptivo, pues su presencia va aportando precisión, matices, detalles que los sustantivos aislados no podrían aportar. Ahora bien, cuando los adjetivos se intensifican, sobre todo con el grado superlativo, se intenta aportar una mayor expresividad y subjetividad, pues el autor del texto sube de tono.

 

 

 

3. Funciones sintácticas que cumplen los adjetivos calificativos de una parte concreta del texto.

Ejemplo:

Hace unos meses, en una calle de Chicago, alguien salió de las sombras de la noche y comenzó a disparar salvajemente a un grupo de adolescentes que estaban tan tranquilos jugando en un patio. Cuando el tiroteo cesó, una niña de catorce años yacía muerta en el suelo. El asesinato conmocionó profundamente a la sociedad norteamericana. Lo grave de este caso no fue tanto la tierna edad de la víctima como la edad incluso menor del homicida, Robert Sandifer, que apenas tenía once años. Cuando tenía tres años, Robert fue abandonado por su madre soltera de dieciocho. Las autoridades que lo recogieron observaron múltiples cicatrices de quemaduras de cigarrillos.

Las semillas de la violencia. L. Rojas Marcos

 

Respuesta:

Los adjetivos que aparecen en esta muestra son los siguientes: "tranquilos", "muerta", "norteamericana", "grave" (sustantivado), "tierna", "menor", "soltera" y "múltiples".

El primer caso, el adjetivo "tranquilos", cumple la función de atributo del verbo copulativo "estaban". El segundo, "muerta", funciona como complemento predicativo del verbo "yacía". Ambos adjetivos presentan la particularidad de concordar en género y número con los respectivos sustantivos que hacen de sujeto.

Los demás adjetivos cumplen la función más característica, que es la de adyacentes o modificadores directos de los nombres a los que acompañan, también estableciendo con ellos una concordancia de género y número. El adjetivo "norteamericana" es el adyacente del sustantivo "sociedad", que es a su vez el núcleo de un sintagma preposicional que funciona como CD. El adjetivo "tierna" es el adyacente del sustantivo "edad", núcleo de un atributo. El adjetivo "menor" hace de adyacente del sustantivo "edad", que se repite dentro de la comparación que se establece. El adjetivo "soltera" es el adyacente de "madre", núcleo de un complemento agente de una proposición pasiva del primer tipo. Y, por último, el adjetivo antepuesto "múltiples" es el adyacente del sustantivo "cicatrices", núcleo de un CD.

Hemos de precisar que el adjetivo "grave" funciona como núcleo de un sujeto al haberse sustantivado mediante el artículo neutro "lo", produciéndose la llamada metábasis.

 

 

 

 

EL VERBO

1. Extraer de una parte del texto determinadas formas verbales personales, definirlas y descomponer sus partes.

Ejemplo:

"Lo he reconocido ya: culturalmente, soy cristiano. Habré rezado dos mil rosarios y no sé cuántas veces habré comulgado. Eso ha marcado mi vida. Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas". De este modo tan elocuente y rotundo responde Buñuel a Tomás Pérez Torrent y José de la Colina cuando le inquieren por la naturaleza de su obsesión hacia la figura de Cristo.(...)

"Mi imaginación está siempre presente y me sostendrá en su inocencia inatacable hasta el fin de mis días. Horror a comprender. Felicidad de recibir lo inesperado", declarará en otra ocasión Buñuel, tratando de expresar el meollo de su poética.

La religión de Buñuel. Juan M. de Prada

 

Respuesta:

Se trata de formas verbales personales, correspondientes a diversos tiempos del modo indicativo, que pasamos a descomponer:

a) La forma "he reconocido" es la primera persona singular del pretérito perfecto de indicativo del verbo "reconocer", compuesta por el auxiliar "he" más la terminación "-ido" del participio, rasgos que sirven para conjugar las formas compuestas y que contienen los morfemas de modo, tiempo, aspecto, número y persona. El significado léxico lo aporta el lexema o la raíz "reconoc-".

b) La forma "habré rezado" es también una primera persona singular, pero del futuro perfecto del verbo "rezar", cuyos componentes son: el auxiliar "habré" más la terminación de participio "-ado", portadoras asimismo de los morfemas anteriormente indicados, y el lexema o raíz verbal "rez-", parte portadora del significado léxico.

c) La forma "sé" es la primera persona singular del presente de indicativo del verbo "saber", pero se trata de una forma irregular porque la raíz del verbo es variable. En este caso, se contraen la parte léxica y la gramatical.

d) De nuevo encontramos una primera persona singular del presente de indicativo. Se trata de la forma "comprendo", compuesta por el lexema "comprend-", que es regular, y la desinencia "-o", indicadora de los morfemas característicos de todo verbo.

e) La forma "hay" es un caso particular, pues se trata de la tercera persona del presente de indicativo del verbo "haber", pero, al carecer de sujeto, se dice que es impersonal. Es más, el verbo "haber", cuando se usa como impersonal, sólo admite la tercera persona singular, por lo que se dice qu también es unipersonal.

f) La siguiente corresponde a la tercera persona singular del condicional simple del verbo "gustar", compuesta por el lexema "gust-" y la desinencia "-aría".

g) La última constituye una forma irregular, pues varía el lexema o la raíz verbal con respecto a la del infinitivo. Se trata de la tercera persona singular del presente de indicativo del verbo "inquirir", formada por el lexema "inquier-" y la desinencia "-en".

 

 

2. Identificar las formas verbales no personales y justificar su uso.

Ejemplo:

No se trata, pues, de un problema menor, y debe combatirse con todas las armas posibles. Las sociales, por supuesto, para evitar los factores que contribuyen a desencadenarla; las médicas, facilitando el tratamiento adecuado a cada caso con la celeridad necesaria, y, en último término, si es necesario, las judiciales.

Ley y anorexia. El País

 

Respuesta:

Las formas no personales del verbo son el infinitivo, el gerundio y el participio. Conforman el sistema no flexivo del verbo. En la muestra encontramos ejemplos de cada una de ellas.

Casos de infinitivo son los de "combatir", "evitar" y "desencadenar". El primero de ellos forma parte de una perífrasis, aporta el significado léxico de esta construcción y posee un valor verbal. El segundo constituye el núcleo verbal de una proposición subordinada adverbial final, desempeñando una función propia del nombre, la de CC. El tercero también posee un valor verbal porque se acompaña de un CD, y puede decirse asimismo que desempeña la función propia de un sustantivo, la de suplemento, y, además, se utiliza en sustitución de un sustantivo ("desencadenamiento"). El uso del infinitivo con valor verbal se debe fundamentalmente a la necesidad de presentar todas las posibilidades de realización en el tiempo. Cuando su valor es nominal o está en sustitución de un nombre, o bien puede ser una opción estilística, o bien no existe en la lengua un nombre que pueda ir en su lugar.

La muestra elegida ofrece un caso de gerundio, "facilitando", que desempeña una función propia de esta forma no personal, que es la adverbial. El gerundio, además, implica una acción en desarrollo, una continuidad en el tiempo, de ahí su aspecto imperfectivo.

Por último, hallamos un caso de participio, "adecuado", con un valor muy común, el de adjetivo o adyacente de un nombre ("tratamiento"). Aun así, no ha perdido su carácter verbal, pues lo complementa un suplemento ("a cada caso"). Como verbo, y al contrario que el gerundio, posee un aspecto perfectivo.

 

 

3. Comentario sobre la persona gramatical predominante de los verbos de determinado fragmento.

Ejemplo:

"Lo he reconocido ya: culturalmente, soy cristiano. Habré rezado dos mil rosarios y no sé cuántas veces habré comulgado. Eso ha marcado mi vida. Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas". De este modo tan elocuente y rotundo responde Buñuel a Tomás Pérez Torrent y José de la Colina cuando le inquieren por la naturaleza de su obsesión hacia la figura de Cristo.(...)

"Mi imaginación está siempre presente y me sostendrá en su inocencia inatacable hasta el fin de mis días. Horror a comprender. Felicidad de recibir lo inesperado", declarará en otra ocasión Buñuel, tratando de expresar el meollo de su poética.

La religión de Buñuel. Juan M. de Prada.

 

Respuesta:

Las personas gramaticales predominantes son la 1ª y la 3ª de singular. Cuando la oración tiene sujeto expreso, la concordancia entre éste y el verbo se da en la persona gramatical ("Eso ha marcado", "responde Buñuel", "Mi imaginación está"). Esta redundancia de elementos gramaticales (persona, número) ayuda a establecer relaciones de dependencia entre sujeto y verbo mediante elementos gramaticales y, por tanto, favorece la cohesión textual. En este sentido, debe tenerse en cuenta que el verbo es el elemento más importante de la oración para el establecimiento de las dependencias gramaticales. Por otra parte, la aparición de la misma persona gramatical a lo largo del texto (1ª y 3ª) tiene que ver con uno de los mecanismos de cohesión textual más frecuentes: la repetición.

Por último, cabría destacarse el juego de alternancia, que se da en el ejemplo, entre la 1ª y la 3ª persona del singular. Esta alternancia tiene que ver con las dos perspectivas que se muestran. Por un lado, la 3ª persona de la narración; por otro lado, la 1ª persona de las citas textuales del estilo directo. Aunque el autor podría haber utilizado el estilo indirecto, ha preferido utilizar la 1ª persona para introducir las palabras del protagonista de la historia que se nos cuenta. Esta alternancia de personas gramaticales tiene que ver con la manera en que se ha estructurado esta parte del texto, y, por lo tanto, con la cohesión y la coherencia. Con este recurso se pone de manifiesto una mayor viveza y expresividad: las ideas expresadas por el personaje pasan a un primer término, y la presencia del narrador queda relegada a un segundo término.

Nota importante: Recuérdese que en los textos expositivo-argumentativos suele aparecer la primera persona de la opinión, usada muchas veces para emitir juicios de valor. Asimismo, suele aparecer el plural de modestia, con la finalidad que todos conocemos.

 

 

4. Comentario sobre el tiempo predominante de las formas verbales de una parte del texto.

Ejemplo:

"Lo he reconocido ya: culturalmente, soy cristiano. Habré rezado dos mil rosarios y no sé cuántas veces habré comulgado. Eso ha marcado mi vida. Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas". De este modo tan elocuente y rotundo responde Buñuel a Tomás Pérez Torrent y José de la Colina cuando le inquieren por la naturaleza de su obsesión hacia la figura de Cristo.(...)

"Mi imaginación está siempre presente y me sostendrá en su inocencia inatacable hasta el fin de mis días. Horror a comprender. Felicidad de recibir lo inesperado", declarará en otra ocasión Buñuel, tratando de expresar el meollo de su poética.

 La religión de Buñuel. Juan M. de Prada.

 

Respuesta:

Desde el punto de vista de la cohesión del texto, el uso de los tiempos verbales es muy importante, porque su reiteración va dando unidad a la globalidad.

Cabría señalar en este ejemplo dos planos temporales. En primer lugar, se utiliza el tiempo de la narración. Aunque lo lógico hubiese sido emplear aquí el pretérito indefinido de indicativo, el narrador utiliza el presente histórico, de manera que los hechos pasados se nos muestran como presentes ("responde","inquieren"), aunque aluden a hechos cronológicamente ocurridos en el pasado. El presente histórico sirve para hacer más vivos y actuales los hechos comunicados. Al haber utilizado un presente histórico, y siguiendo la lógica temporal, el narrador cierra de forma natural el relato utilizando del futuro imperfecto de indicativo ("declarará"), que expresa una acción posterior a ese presente histórico.

Existe, además, otro plano temporal: el de las dos citas textuales introducidas por el narrador. Ambas son un ejemplo de la riqueza de matices de los tiempos verbales de nuestro idioma. Comienza la cita con un pretérito perfecto de indicativo ("he reconocido") que expresa una acción situada fuera de la acción temporal del hablante, pero psicológicamente sentida como algo inmediato, próximo. Le sigue un presente de indicativo actual ("soy"), que coincide con el momento en que habla el personaje aludido y que se usa como expresión de una verdad para él absoluta, universal e intemporal. Y, a continuación, dos futuros perfectos de indicativo ("habré rezado", "habré comulgado"), que sirven para expresar hechos anteriores a otra acción verbal situada en el "ahora" del hablante (la experiencia de ser cristiano, el comprender la emoción religiosa).

En las siguientes oraciones se parte de nuevo del pretérito perfecto de indicativo ("ha marcado") para pasar luego al presente de indicativo ("comprendo", "hay") y concluir con un condicional simple ("gustaría"). La relación entre los diferentes tiempos verbales es muy similar a la que hemos visto en la oración anterior, pero ahora el uso del condicional simple introduce un nuevo matiz: se expresa una acción posterior a "ser cristiano", a "comprender la emoción religiosa". De esta manera, la experiencia presente de "soy cristiano" se extiende de forma absoluta, universal e intemporal (presente gnómico) hacia el "antes" (futuro perfecto) y el "después" (condicional) del "ahora" del hablante. El juego de los tiempos verbales matiza y expresa con precisión las ideas del hablante.

Esa idea de una experiencia que abarca todo el dominio temporal de la vida del hablante parece mantenerse en el segundo párrafo, mediante el uso del presente intemporal ("está") -apoyado por el adverbio "siempre"- y del futuro simple ("sostendrá"), que expresa aquí una acción posterior al "ahora" del hablante. Si en la primera cita encontramos la forma "soy", ahora aparece la forma "está". "Ser" y "estar" abarcan toda la existencia.

Es interesante, desde el punto de vista del aspecto verbal, el uso alternativo de formas perfectivas e imperfectivas para expresar una acción al mismo tiempo acabada (perfecta, absoluta) y en desarrollo (no acabada), es decir, para indicar datos de la experiencia del hablante que se cerraron en un punto del tiempo y datos que aún perduran.

Debemos tener en cuenta que la textualidad descansa sobre la continuidad, y, en ese sentido, el uso de los tiempos verbales que se repiten es importantísimo para obtener no sólo la cohesión del texto sino también su coherencia.

Nota importante: El ejemplo se ha elegido por la variedad de tiempos verbales que presenta y no es de los más representativos de los textos expositivo-argumentativos. En este sentido, téngase en cuenta que, en tales textos, el tiempo predominante -como se sabe- es el presente, con la finalidad de hacer intemporales las opiniones que en ellos se sustentan. El autor considera que, cuando argumenta, sus razonamientos se presentan sin caducidad.

 

 

5. Comentario sobre el modo predominante de las formas verbales de un fragmento del texto.

Ejemplo:

"Lo he reconocido ya: culturalmente, soy cristiano. Habré rezado dos mil rosarios y no sé cuántas veces habré comulgado. Eso ha marcado mi vida. Comprendo la emoción religiosa y hay ciertas sensaciones de mi infancia que me gustaría volver a tener: la liturgia en mayo, las acacias floridas, la imagen de la Virgen rodeada de luces. Son experiencias inolvidables, profundas". De este modo tan elocuente y rotundo responde Buñuel a Tomás Pérez Torrent y José de la Colina cuando le inquieren por la naturaleza de su obsesión hacia la figura de Cristo.(...)

"Mi imaginación está siempre presente y me sostendrá en su inocencia inatacable hasta el fin de mis días. Horror a comprender. Felicidad de recibir lo inesperado", declarará en otra ocasión Buñuel, tratando de expresar el meollo de su poética.

La religión de Buñuel. Juan M. de Prada.

 

Respuesta:

El modo predominante en el fragmento es el indicativo. Los hechos tratados en él son sentidos como reales y ciertos tanto por el narrador como por el personaje de la narración, es decir, la actitud mostrada por ambos es objetiva ("he reconocido", "habré rezado", "comprendo", "son", "responde", "inquieren" etc.).

Al repetirse el mismo modo a lo largo del fragmento, el mecanismo de cohesión que actúa en este caso es la reiteración. Por lo tanto, al reiterarse un mismo modo en cada una de las oraciones, se establecen vínculos entre ellas, lo que, a su vez, incide en la coherencia textual o continuidad de sentido.

 

 

6. Extraer las perífrasis verbales de una parte del texto, explicar su valor y justificar su uso en el texto.

Ejemplo:

Parece indudable que las conductas agresivas y, en general, la violencia, ganan terreno en las relaciones sociales. Así parecen mostrarlo los reiterados casos de sangrienta violencia en las escuelas de Estados Unidos, en donde se ha llegado a pedir armas para el profesorado, o los que han obligado a tomar recientemente medidas preventivas en Francia.

Por fortuna nuestra situación no es comparable, pero tampoco estamos en la balsa de aceite que pretenden las autoridades educativas; además hay que contar con que se calla mucho de lo que está pasando en algunas aulas. La violencia, de frecuencia y grado variables, ejercida sobre los alumnos por sus compañeros, generalmente mayores, se calla por puro miedo. La que el alumnado ejerce sobre el profesorado, creciente y que va desde el insulto hasta la agresión física, suele también taparse porque es sufrida como un fracaso profesional o como una mancha para el centro. Por último, en algunos centros la situación llega a ser tan insoportable y descontrolada que ya ha originado alguna agresión menor de docentes que se sienten acosados. No es justificable, pero sí comprensible. Pero sería improcedente tachar este aumento de la violencia en algunas escuelas de violencia escolar, confundiendo el todo con la parte.

Una red escolar pública de calidad debiera ser hoy una clara prioridad política dotada de recursos suficientes. Todos los políticos así lo dicen, ahora que hay elecciones. Pero una escuela en la que la inseguridad y la violencia obligan a poner detectores de armas, vigilantes o patrullas de policía, es un proyecto a la defensiva en el que lo educativo simplemente ha fracasado. Se puede aumentar la seguridad sin duda, pero es inaplazable construir, a largo plazo, lo que podría llamarse una escuela sostenible.

Violencia y educación sostenible. Fabricio Caivano

 

Respuesta:

Las perífrasis son construcciones verbales compuestas de un verbo en forma personal y una forma no personal. En el fragmento aparecen las siguientes:

1. Perífrasis de infinitivo:

        a)Modales: "puede aumentar", "podría llamarse", "suele taparse". Poseen un significado de posibilidad y probabilidad.

        b) Obligativas: "hay que contar", "debiera ser". Como su nombre indica, poseen un significado de obligación y necesidad.

        c) Perfectivas: "ha llegado a pedir", "llega a ser". Marcan el final o la culminación de una acción o de un proceso.

2. Perífrasis de gerundio: "está pasando". Posee un significado durativo.

En el tercer párrafo, desde el punto de vista de la actitud del hablante, las perífrasis expresan las ideas de obligación y de posibilidad. Las ideas expresadas por el autor parecen oscilar entre la necesidad de realizar un cambio y la posibilidad de efectuarlo. Nos sitúan, pues, en el terreno de la duda y el debate.

Las perífrasis perfectivas se emplean para señalar la culminación de un proceso que no es otro que el de la generalización de la violencia en la escuela.

La perífrasis de gerundio se emplea en el segundo párrafo para dejar constancia de que los problemas que se dan en las aulas, a pesar del silencio de las autoridades educativas, constituyen una realidad vigente, aún continúan.

En definitiva, las perífrasis aportan matices especiales que las formas simples y compuestas de los verbos no aportarían.

 

 

 

EL ADVERBIO

1. Identificar, definir y clasificar los adverbios de determinado fragmento del texto. Justificar su uso, y, en su caso, el predominio de un tipo (tiempo, modo, lugar, etc.).

Ejemplo:

Europa, dejada a sí misma, nunca ha sido capaz de encontrar una fórmula para la convivencia pacífica entre sus múltiples pueblos y naciones. Desde sus orígenes, allá por el año 1000, Europa no ha conocido ningún siglo libre de guerras. En los lejanos tiempos de la cristiandad, la guerra era una actividad estacional: con las nevadas, se imponían las paces de Dios, treguas sagradas para recuperar fuerzas y comenzar de nuevo en primavera. Luego, con los monarcas absolutos, la guerra fue el ingrediente central de sus estrategias de dominación: los Estados vivían de y para la guerra, con ejércitos mercenarios movilizados de forma permanente, con la secuela de caudillaje, violaciones y saqueos que se pueden suponer. Más tarde llegó la nación en armas, con masivos ejércitos de ciudadanos dispuestos a morir y matar por la patria. Feudalismo, absolutismo, nacionalismo: aunque nos pese, Europa ha sido la gran partera de la guerra.

Ley de hierro. Santos Juliá

 

Respuesta:

Como se sabe, el adverbio designa una clase de palabras invariables, carentes de género y de número, que, fundamentalmente, complementan al verbo. En el fragmento seleccionado se encuentran los siguientes ejemplos: "nunca", "allá", "no", "luego" y "más tarde". Todos ellos, excepto la forma "no", que es un adverbio de negación, pertenecen a la clase de adverbios de tiempo.

La forma "no", como generalmente ocurre, se antepone al núcleo verbal para negar todo el predicado de la oración. En este caso, se niega que Europa haya conocido algún siglo libre de guerras y, por lo tanto, se le da a todo el enunciado una modalidad enunciativa negativa. Esto mismo sucede con el adverbio "nunca", que, además de su valor negativo, tiene un valor temporal.

El hecho de que predominen los adverbios temporales se relaciona con el contenido del fragmento, pues en él se hace un recorrido, a través del tiempo o de la historia, para observar el papel que ha desempeñado Europa respecto a las guerras. Para ello, se parte del adverbio "nunca", que sirve para aglutinar todos los momentos de la historia de Europa, y se continúa con las demás formas temporales que señalan cada uno de esos momentos sucesivos.

Por último, es de destacar, por un lado que, en el fragmento, el adverbio "allá", a pesar de que se incluye generalmente dentro de los adverbios de lugar, adquiere un matiz temporal al acompañarse de un sintagma que indica tiempo ("por el año 1000"). Por otro lado, que el adverbio "tarde" se intensifica con otro adverbio de cantidad ("más"), para señalar un momento posterior con respecto a otro anterior. Asimismo es de destacar que tanto el adverbio "luego" como el adverbio "más tarde" actúan como marcadores textuales que señalan el proceso seguido por el autor en el desarrollo del texto.

Nota importante: En los casos de adverbios en -mente puede hablarse de la adverbialización de los adjetivos calificativos. Asimismo, puede hablarse de adverbialización cuando los adjetivos cumplen la función de adyacentes circunstanciales.

 

 

2. Señalar y comentar la función que cumplen los adverbios subrayados en el texto (o en alguna parte).

Ejemplo:

Las ONG son hoy la plasmación concreta de esa caridad abstracta, inmediata, efectiva, necesaria.(...) A sus miembros no los mueve únicamente el remordimiento de la riqueza, sino sentimientos de responsabilidad y solidaridad, directos, personales y admirables.

Y, pese a ello, las organizaciones no gubernamentales no pueden ser totalmente independientes porque en gran parte su financiación la aseguran los Estados; porque no pocos de sus grandes operadores han sido funcionarios de la Administración o se hallan muy vinculados a ella; (...) Pero el Estado debe estar ahí, detrás de las ONG, y puede ser más habilidoso de lo que normalmente se le reconoce en subrogar su intervención, como vemos hoy en el crimen de civilización que acaece en Ruanda.

Eficaces y solidarias. El País

 

Respuesta:

Como puede observarse en el fragmento elegido, los adverbios cumplen una heterogeneidad de funciones dentro de un texto. Si bien la más común es la de complementar al verbo, no es la exclusiva.

Ejemplos de complementos circunstanciales del verbo son los casos de "hoy", "únicamente" y "ahí", que, desde el punto de vista semántico, aportan respectivamente valores de tiempo, modo y lugar.

En otras ocasiones, el adverbio se antepone a otras unidades que no son núcleos verbales. Son los casos, por ejemplo, de "no", "totalmente", "muy" y "más". El primero funciona como un prefijo negativo del adjetivo "gubernamentales". El segundo actúa como un modificador o un adyacente del adjetivo "independientes". El tercero es también otro modificador del adjetivo "vinculados", asignándole a éste el grado superlativo. Y el cuarto, también con la función de modificador del adjetivo "habilidoso", sirve además para establecer una comparación de superioridad.

Algunos adverbios pueden unirse a otras palabras para formar una sola unidad funcional. Es el caso de "detrás de", donde el adverbio "detrás" se une a la preposición "de" para funcionar ambos como una locución prepositiva que sirve de enlace para introducir un complemento circunstancial ("detrás de las ONG").

Otros adverbios, como ocurre con la forma "como", funcionan como simples enlaces o nexos, o bien como transpositores a la función adverbial de una proposición subordinada.

 

 

3. Hay en el texto (o en alguna parte) determinados grupos de palabras que forman locuciones adverbiales. Extraerlas e indicar cuál es su función sintáctica y su valor textual (siempre que lo tengan).

Ejemplo:

En esta encrucijada actual -vivir más, aunque quizá a un precio- es donde tiene más peso la elección personal. En efecto, si nos decantamos por una vida sana, y una alimentación variada y rica, no sólo estaremos practicando un buen deporte en sentido fisiológico, sino que, al mismo tiempo, añadiremos vida a los años que nos quedan, más que años a la vida en sí. Y el esfuerzo, sin duda, merecerá la pena.

Comer bien para vivir mejor. La Razón

 

 

Respuesta:

En esta parte del texto pueden observarse dos grupos de palabras que constituyen locuciones adverbiales, es decir, unidades complejas que poseen un significado propio y que equivalen a adverbios. Esos grupos son: "en efecto", "al mismo tiempo" y "sin duda".

Podríamos decir que ambos poseen un valor adverbial de complemento circunstancial dentro de sus predicados correspondientes. En sustitución de adverbios simples que aporten tales circunstancias, se recurre a estos grupos de palabras. Es más, estos dos casos cumplen la función de marcadores textuales, pues el primero y el tercero indican que el enunciado donde se encuentran es una confirmación de lo expresado en el enunciado anterior, y el segundo establece una simultaneidad temporal entre el enunciado donde se encuentra y el que le precede.

 

 

 

 

LOS NEXOS

1. Identificar los nexos o enlaces que unen diversas proposiciones de un fragmento concreto del texto y explicar su valor textual.

Ejemplo:

En Francia, en Alemania, aun en Estados Unidos, donde se supone que les importa menos la escritura, son muy conscientes de la potencia que conlleva esta capacidad de comunicación. La palabra es capital y en una cultura audiovisual el habla merece obviamente una asignatura que instruya sobre las técnicas de la exposición clara, la peroración convincente y la capacidad de seducir con referencia a una venta, la divulgación triunfante de una idea o un proyecto de construcción. Obtener un buen aprendizaje del habla, en varias de sus dimensiones, no sólo es la base de un pensamiento más diáfano y rico, sino que también es el medio, muy actual, para empezar a abrirse oportunidades en el ámbito personal y laboral.

La mala educación. Vicente Verdú

 

Respuesta:

Los enlaces o nexos constituyen elementos gramaticales muy importantes para unir o relacionar las distintas partes que conforman un texto. Concretamente los nexos subrayados dentro del fragmento seleccionado conectan distintas proposiciones que, unidas, forman oraciones complejas.

a) El nexo "donde" es un adverbio de lugar relacionante que tiene un carácter relativo porque posee un antecedente al que se refiere, el sustantivo "Estados Unidos".

b) El nexo "que" es una conjunción subordinante.

c) El siguiente nexo ("que") es un pronombre relativo que posee un antecedente al que sustituye (el sustantivo "potencia"). Igual ocurre con el caso de la proposición "que instruya sobre las técnicas...", donde ese mismo pronombre tiene ahora como antecedente al sustantivo "asignatura".

d) El nexo "y" es una conjunción copulativa que tiene como finalidad la de coordinar proposiciones, que, en este caso, son: "La palabra es capital y en una cultura audiovisual el habla merece obviamente..."

e) A continuación se encuentra un nexo coordinante complejo, formado por dos conjunciones ("sino que"), con carácter adversativo, que une asimismo dos proposiciones dentro de la misma oración.

f) Por último, se presenta el nexo "para", un enlace subordinante con significado de finalidad.

Como hemos dicho, todos estos enlaces tienen como fin el de relacionar unas proposiciones con otras dentro del texto, haciendo incluso que algunas de estas proposiciones, las subordinadas, cumplan funciones sintácticas específicas (en este caso, las de adyacente, sujeto y complemento circunstancial de las proposiciones principales), por lo tanto, contribuyen a establecer la cohesión, a formar el tejido del texto, de manera que su presencia es necesaria para que las partes relacionadas queden perfectamente unidas y para lograr asimismo la coherencia textual o la continuidad de sentido; en definitiva, para obtener un todo compacto.

 

 

2. Extraer e identificar los conectores que sirven de marcadores textuales y comentar su valor o función textual.

Ejemplo:

En esta encrucijada actual -vivir más, aunque quizá a un precio- es donde tiene más peso la elección personal. En efecto, si nos decantamos por una vida sana, y una alimentación variada y rica, no sólo estaremos practicando un buen deporte en sentido fisiológico, sino que, al mismo tiempo, añadiremos vida a los años que nos quedan, más que años a la vida en sí. Y el esfuerzo, sin duda, merecerá la pena.

Es, por tanto, una elección cuasi filosófica, que introduce un elemento de austeridad en una época de desbordamiento del culto al consumo y al placer. (...)

Comer bien para vivir mejor. La Razón

 

Respuesta:

En los textos suelen aparecer conectores o enlaces que unen partes mayores que las proposiciones, que unen incluso párrafos, y van dando cuenta de la marcha de esos textos, de su desarrollo y de su lógica. Por este motivo se les llama también enlaces extraoracionales o marcadores textuales, que sirven de elementos de relación o de cohesión y también de elementos que van dando coherencia o continuidad de sentido al texto.

En el fragmento extraído encontramos los casos de "en efecto" y "por tanto". El primero se introduce para mostrar la evidencia, para asentir o para confirmar con una nueva oración lo dicho en la oración anterior, es decir, si en la anterior se afirma que, actualmente, cada cual puede elegir con todas las consecuencias si quiere o no vivir más, en la segunda se confirma o se hace evidente que la elección de una vida sana le añade a ésta calidad.

El segundo marcador señala que el párrafo donde se encuentra es una consecuencia de lo afirmado en el párrafo anterior. Es decir, en el primer párrafo, se expone que la elección de una vida sana implica -como hemos dicho- obtener mayor calidad, aunque sea resultado de un esfuerzo que merece la pena hacer; en el siguiente párrafo se concluye que tal elección choca con la tendencia a consumir y a darse al placer, propia de la sociedad actual.

Como se comprueba, tales marcadores indican al lector o al receptor el tipo de relación que se establece entre las partes unidas y el sentido que debe interpretarse. También es importante añadir que tales marcadores son muy propios de los textos expositivo-argumentativos, pues estos tipos textuales suelen contener planteamientos y argumentos que se van confirmando con otros posteriores, para conseguir, entre otros efectos, la persuasión del lector. Asimismo, es común hallar marcadores de consecuencia, cuya misión es la de introducir y recoger conclusiones en determinadas partes del texto respecto de premisas planteadas en partes anteriores. Esta manera de configurar el texto da cuenta de su propia lógica, de su propio desarrollo argumentativo.

 

 

3. Identificar y explicar la función textual que desempeñan los nexos y los marcadores textuales subrayados.

Ejemplo:

(...) Hoy, ante la incapacidad política, diplomática y militar de la Unión Europea para detener a un gobierno en sus afanes de limpieza étnica, todo vuelve a depender de lo que se decida en Washington. Como ha ocurrido desde la Gran Guerra de 1914, la intervención de Estados Unidos es imprescindible para poner fin a una crisis surgida en el suelo de la vieja Europa.

La historia, sin embargo, no se repite. Y lo que ayer era guerra entre naciones europeas comienza a ser hoy preocupante rutina de una sola gran potencia que decide, con aliados o sin ellos, emprender acciones de castigo desde el aire.

En el punto al que habían llegado las cosas, y a falta de una política exterior de la UE sostenida en un ejército propio, no quedaba otra solución. Pero las hogueras de Belgrado no pueden dejar de angustiar a quienes un día soñaron con una Unión Europea capaz de garantizar por sí sola la paz entre sus múltiples naciones y hoy parece sometida a una inquietante variedad de la ley de hierro que rige su historia desde hace mil años.

Ley de hierro. Santos Juliá

Nota importante: Esta pregunta se formula como variante que puede recoger las dos anteriores, fundamentalmente para que el alumno observe y razone que, además de los conectores que unen palabras, existen conectores que unen proposiciones o cláusulas y conectores o marcadores que enlazan unidades mayores.

 

 

 

LA ORACIÓN

1. Hablar de la modalidad oracional predominante (de determinada parte del texto) y comentar su valor textual.

Ejemplo:

De todos los fenómenos en que ha venido a manifestarse lo que muchos llaman la era digital, es seguramente Internet el más espectacular e inesperado. Si atendemos al tiempo que ha mediado desde su conversión en un verdadero medio de comunicación de masas hasta hoy -apenas cinco años-, no cabe duda de que está en su infancia. Y, como tal, crecerá y cambiará todavía mucho. Podemos entrever algunas de sus transformaciones futuras, mientras que otras serán inesperadas. Las más felices de prever afectarán a la velocidad de transmisión, los lenguajes y las aplicaciones y su trasplante a electrodomésticos, como la televisión digital, muy alejados del ordenador personal, al que hoy está indisolublemente ligado.

La madura infancia de Internet en la era digital. Cayetano López

 

Respuesta:

Los enunciados o las oraciones de un texto pueden caracterizarse por diferentes modalidades como resultado de la actitud que el autor o el hablante adopta ante el contenido de lo que expresa, es decir, el hablante puede afirmar o negar, preguntar, rogar, etc.

En el fragmento propuesto, todas las oraciones poseen una modalidad enunciativa, esto es, el autor manifiesta su conformidad (afirmación) o disconformidad (negación) con lo que expresa. En concreto, es casi absoluta la actitud de conformidad, porque el autor afirma continuamente lo que dice. Por poner algunos ejemplos, afirma que Internet es el fenómeno más espectacular e inesperado de la era digital, que este fenómeno está aún en la etapa de la infancia y que, no obstante, crecerá y afectará a múltiples ámbitos. En determinados casos, para afirmar aún con más rotundidad, el autor recurre a fórmulas como "seguramente" y "no cabe duda", única ocasión en que muestra una actitud enunciativa negativa, pero que -como hemos dicho- sirve para darle mayor rotundidad a la afirmación que sigue (que Internet está en la etapa de la infancia).

Precisamente, para impregnar a las oraciones de esta modalidad enunciativa, se recurre al uso del modo indicativo del verbo ("ha venido", "llaman", "es", "atendemos", "ha mediado", "crecerá", "cambiará", etc.), que es el modo de la objetividad, de la seguridad.

El hecho de que la modalidad de las oraciones sea enunciativa tiene que ver con lo que en el texto se argumenta, es decir, si su autor quiere persuadir a sus lectores de la situación en que se encuentra Internet y de sus posibilidades futuras, debe hacerlo mostrando una actitud objetiva y debe rodear de seguridad todo lo que expresa al respecto, aunque -claro está- desde su propia perspectiva. Esta actitud es la predominante en los textos expositivo-argumentativos.

 

 

2. Distinguir entre las oraciones simples y las compuestas que aparecen en determinada parte del texto y explicar el predominio de unas sobre otras.

Ejemplo:

El coche se integró bien en la escala de las amplias urbanizaciones norteamericanas tras la segunda guerra mundial, pero se convirtió en un violento intruso sobre las angostas calles europeas. El coche en Estados Unidos es el número uno de todos los transportes. Incluso cuando se produjo el último gran terremoto de Los Ángeles, que hacía necesarios enormes rodeos para evitar autopistas y puentes destruidos, sólo una pequeña porción de viajeros cambiaron sus hábitos por el tren de cercanías. Sin embargo, éste no ha de ser el caso de Europa, donde el metro es el transporte urbano significativo, ni tampoco ha de ser el modelo del Tercer Mundo, donde lo primordial es el autobús. Efectivamente no hay capacidad humana para imaginar una civilización sin coches, pero no hay ya felicidad urbana posible sin una radical alternativa al coche.

La otra ciudad. Vicente Verdú

 

Respuesta:

Los textos se construyen comúnmente mediante una relación sucesiva de oraciones que tanto pueden ser simples como compuestas, es decir, estructuras formadas por un solo predicado o por varios respectivamente. En el fragmento que nos ocupa se aprecian cinco oraciones, cuatro de las cuales son compuestas y una solamente es simple ("El coche en Estados Unidos es el número uno de todos los transportes").

La primera de las compuestas está formada por dos proposiciones coordinadas mediante el enlace "pero". La segunda está formada por cuatro proposiciones, tres de las cuales están subordinadas mediante diversos enlaces: "cuando", "que" y "para". En la tercera se aprecian dos bloques coordinados por el nexo "ni", y dentro de cada uno de estos dos bloques hay una misma subordinación, pues en ambos casos se utiliza el nexo "donde". En la cuarta volvemos a encontrar una parecida disposición, pues esta última oración compuesta está formada por dos bloques coordinados por el nexo "pero", en el primero de los cuales también se da la subordinación, introducida esta vez por el nexo o enlace "para".

El predominio de las compuestas sobre las simples es muy corriente en los textos expositivo-argumentativos, pues las ideas que se expresan mediante oraciones precisan, en múltiples ocasiones, de la coordinación, que, como ocurre en el fragmento analizado, responde a contraargumentos, que se manifiestan mediante coordinadas adversativas. O precisan también de matizaciones en forma de subordinadas adjetivas y de subordinadas sustantivas, puesto que los adjetivos y los sustantivos simples no las pueden aportar o no existen tales palabras para expresar con la misma complejidad las ideas pensadas. Este es el caso de la proposición "que hacía necesarios enormes rodeos", única manera posible de adjetivar al sustantivo "terremoto". Asimismo, los textos expositivo-argumentativos se construyen atendiendo a planteamientos de los que es preciso dar las causas, las consecuencias, las condiciones, los fines, etc., que muestran el desarrollo del pensamiento del autor, sus razonamientos, y, consecuentemente, el desarrollo y la lógica del texto. Es decir, las ideas que van sucediéndose en el texto se relacionan entre sí, y esa relación requiere que la sintaxis del texto se organice en unidades entre las que se establecen dependencias.

Estas son las razones, entre otras, por las que estos tipos textuales contienen bastantes proposiciones subordinadas sustantivas y adjetivas, y proposiciones subordinadas adverbiales, sobre todo, causales, consecutivas y concesivas.

 

 

3. Identificar los tipos de oraciones coordinadas que se ofrecen en determinada parte y justificar su uso.

Ejemplo:

Por una vez, todos los sectores implicados, directa o indirectamente, en el problema de la anorexia se han sentido responsables. Ni los modistas tienen la culpa por lucir modelos estilizadas, ni tampoco la tienen los fabricantes por hacer tallas reducidas, pero es un excelente precedente el que nadie haya querido cargar el muerto a los demás y todos se hayan sentado alrededor de una mesa para llegar a soluciones comunes. Para la ciudadanía es magnífico que los farmacéuticos controlen la venta de diuréticos sin receta, o que los publicistas no fomenten la delgadez extrema, o que el ministerio lance campañas informativas en colegios e institutos, allí donde más incidencia tiene la enfermedad. Sólo resta comprobar que las medidas van más allá de una simple limpieza de conciencias aquejadas.

Anorexia sin histeria. El País

 

Respuesta:

Estamos ante un fragmento en el que abundan las oraciones coordinadas, es decir, oraciones compuestas de proposiciones que se unen en un mismo plano o nivel. Como se sabe, los elementos que sirven de enlace para establecer la coordinación son las conjunciones.

En la muestra podemos observar variados casos de enlaces y de coordinación. Por un lado, las coordinadas copulativas enlazadas por los nexos "ni" e "y":

"Ni los modistas tienen la culpa por lucir modelos estilizadas, ni los fabricantes por hacer tallas reducidas"

"... el que nadie haya querido cargar el muerto a los demás y todos se hayan sentado alrededor de una mesa..."

En ambos casos, unas proposiciones se añaden o se suman a las otras, es decir, las segundas constituyen información nueva añadida a la que contienen las primeras.

La otra variedad de coordinada que se aprecia es la adversativa, enlazada mediante el nexo "pero":

"...ni los fabricantes por hacer tallas reducidas, pero es un excelente precedente..."

Se trata de una coordinación en la que la segunda proposición se opone o restringe, en este caso, a las anteriores, un recurso muy propio de la argumentación, que, como es sabido, se apoya no sólo en argumentos, sino también en contraargumentos para reforzar determinado razonamiento que se quiere hacer prevalecer.

Por último, destaca el uso de la coordinación disyuntiva, expresada con el enlace conjuntivo "o":

"Para la ciudadanía es magnífico que los farmacéuticos controlen..., o que los publicistas no fomenten la delgadez extrema, o que el ministerio lance campañas..."

Como se observa, se trata de tres proposiciones coordinadas disyuntivas que constituyen, a su vez, el sujeto de la proposición principal. En las disyuntivas, una proposición excluye a la otra, que no es nuestro caso, o bien unas proposiciones se presentan como posibilidades equivalentes a otras, pero no se excluyen entre sí, como ocurre en el ejemplo, pues las tres pueden darse al mismo tiempo, no son incompatibles.

Además del valor particular que cada uno de los tres tipos observados aporta, es preciso añadir que la coordinación es un mecanismo fundamental para la conexión de partes que conforman un texto, es decir, constituye un recurso muy eficaz para obtener la cohesión textual, pues, con ella, las diversas partes quedan debidamente enlazadas y organizadas. De no existir esta forma de conectar, como la que hemos apreciado en el fragmento, no podríamos entender la relación que se establece entre las unidades textuales, esto es, el texto no tendría sentido, no se comprendería.

 

 

4. Identificar los tipos de oraciones subordinadas que se ofrecen en determinada parte y justificar su uso.

Ejemplo:

Estudiando la luz lejana de estrellas que nacieron antes de que se encendiese el sol, un grupo de astrónomos en búsqueda de respuestas ha demostrado que el universo se ha expandido sin parar desde que surgió del Big Bang, (...) , y está destinado a crecer indefinidamente. Tan feliz descubrimiento para tantos hombres y mujeres de la ciencia y de la calle revela una suerte más benévola para la humanidad de la que muchos temían, pues elimina la posibilidad del final cataclísmico natural irremediable de nuestro planeta.

En busca de 'la respuesta'. L. Rojas Marcos

 

Respuesta:

La subordinación es otro de los procedimientos válidos para ir encadenando proposiciones dentro de un texto, con la diferencia respecto a la coordinación de que las proposiciones se supeditan unas a otras, es decir, no se presentan al mismo nivel, pues unas, las llamadas subordinadas, cumplen unas determinadas funciones de las llamadas principales, funciones que son propias de sustantivos, de adjetivos y de adverbios. De aquí que se hable de tres tipos de subordinadas: sustantivas, adjetivas y adverbiales.

En el párrafo elegido se observan casos de estos tres tipos de subordinación:

a) Subordinación sustantiva:

"un grupo de astrónomos... ha desmostrado que el universo se ha expandido..."

"y (el universo) está destinado a crecer indefinidamente"

El primer ejemplo corresponde a la variedad de sustantiva que cumple la función de CD del núcleo verbal de la principal ("ha demostrado") y que, como se comprueba, está introducida por la conjunción o enlace "que". El segundo tiene como núcleo verbal un infinitivo, precedido de la preposición "a", que actúa de enlace, y cumple la función de suplemento del núcleo verbal principal ("está destinado").

b) Subordinación adjetiva:

"Estudiando la luz lejana de estrellas que nacieron..."

Las subordinadas adjetivas reciben también el nombre de subordinadas de relativo porque están introducidas por un pronombre relativo (en este caso, "que"), que hace de enlace y que tiene su antecedente en la principal ("estrellas" -sustantivo sustituido por el pronombre-). Toda la proposición subordinada desempeña la función de adyacente de ese antecedente, razón por la que recibe el nombre de adjetiva.

c) Subordinación adverbial:

"Estudiando la luz lejana de estrellas... un grupo de astrónomos... ha demostrado..."

"que nacieron antes de que se encendiese el sol"

"el universo se ha expandido sin parar desde que surgió del Big Bang"

"el universo se ha expandido sin parar..."

"Tan feliz descubrimiento... revela una suerte más benévola para la humanidad de la que muchos temían"

"Tan feliz descubrimiento... revela una suerte más benévola... pues elimina la posibilidad del final cataclísmico natural irremediable de nuestro planeta."

Todas estas subordinadas cumplen la función de adverbios, es decir, de CC de los núcleos verbales principales correspondientes. Ahora bien, aportan al significado de las oraciones distintos tipos de circunstancias.

Las tres primeras son adverbiales temporales: una la integra un gerundio ("Estudiando"), que, como se sabe, al mismo tiempo que hace de núcleo verbal de la subordinada, puede introducir un carácter adverbial; otra está introducida por una locución que sirve de enlace, "antes de que"; y la última, por la locución "desde que".

El cuarto ejemplo corresponde a las adverbiales modales y se introduce con el enlace "sin". Con esta subordinada, el autor del texto nos indica una manera o un modo de expandirse el universo.

La quinta subordinada es un ejemplo de adverbiales comparativas de superioridad, cuyo enlace está constituido por la fórmula "más...de la que". Con ella, el autor establece una comparación entre la suerte revelada por el descubrimiento, que es más benévola, y la suerte que muchos temían, es decir, entre lo realmente sucedido y lo previsto.

El sexto caso corresponde a las adverbiales causales y se introduce con el nexo "pues", que señala la causa o el motivo por el que la suerte revelada por el descubrimiento es más benévola.

Como ocurre con las coordinadas, además del valor particular que cada uno de los tipos identificados aporta, también las subordinadas constituyen un mecanismo fundamental para la conexión de partes que conforman un texto, hasta tal punto que unas partes, sintácticamente, se presentan en relación de dependencia con respecto a otras. Por consiguiente, la subordinación constituye asimismo un recurso muy eficaz para obtener la cohesión textual y, al mismo tiempo, la coherencia, pues, con ella, se va dando continuidad de sentido al texto. Es más, como sucede con la coordinación, de no existir esta forma de conectar, no podríamos tampoco entender la relación que se establece entre las unidades textuales, esto es, el texto no se comprendería o no se podría deducir su lógica ni se podría captar su desarrollo.

 

 

EJEMPLOS PRÁCTICOS DEL CUESTIONARIO LÉXICO-SEMÁNTICO

 

 

TEXTO

Una de las preocupaciones más frecuentes y angustiosas que abruman a los matrimonios infelices y sin esperanza de arreglo a la hora de plantearse el divorcio, es el impacto dañino que su ruptura pueda tener sobre los hijos.

Pocos niños esperan que sus padres se separen. Y son menos los que está preparados para este trance tan penoso. Quizá por esto, al ser informados del desenlace, su reacción inmediata suele ser de asombro, de desconsuelo, de confusión y miedo. Al mismo tiempo, casi todos se culpan a sí mismos por la ruptura. Los adolescentes tienden a responder además con rabia. Consideran la decisión de romper irresponsable o egoísta, y se indignan de que sus mayores no sean capaces de resolver sus divergencias y no practiquen los principios que predicaban. Hay casos, sin embargo, de claro alivio para los chicos. Cuando, por ejemplo, son víctimas de continuos malos tratos a manos del progenitor que se ausenta del hogar.

Los hijos de parejas rotas pierden la estructura familiar, el andamiaje que sirve de apoyo material y emocional para su desarrollo, al menos temporalmente. Excepto aquellos que sufrieron abusos crueles o abandono, la mayoría no percibe la ruptura como una segunda oportunidad. Algunos incluso sienten que su infancia se ha perdido para siempre, y este sentimiento de carencia impregna una gran parte de su dolor. No son pocas las criaturas que nunca renuncian a la ilusión de que sus padres algún día se reconcilien, y sueñan con retornar a la familia original.

Los efectos a largo plazo del divorcio sobre los niños varían mucho, según la idea que tengan éstos de la relación entre sus padres y el grado de violencia física o psicológica que soportaron en el hogar. Las consecuencias también dependen de su temperamento, de su edad y de la red de apoyo familiar y social con la que cuentan después. estudios recientes indican que, a los cinco años de la ruptura, un tercio de los hijos manifiesta síntomas de depresión, complicaciones escolares o problemas de conducta. Aunque la causa del daño no es tanto la separación en sí como los conflictos que la precedieron, las amarguras que la acompañaron o las privaciones que se sucedieron. (...)

El divorcio y los hijos. L. Rojas Marcos

 

1. Extraer los sinónimos textuales de la palabra "divorcio" y justificar su uso.

Fundamentalmente, los sinónimos de la palabra "divorcio" que aparecen en el texto son "ruptura" y "separación", pues se trata de términos que, aun teniendo significantes diferentes, poseen el mismo significado o se refieren a la misma idea o concepto. Ahora bien, dentro de este texto, también podríamos considerar que son sinónimos de "divorcio" las palabras "trance" y "desenlace", pues tienen como referente el propio término "divorcio", es decir, al afirmarse que los niños no están preparados "para este trance" y al plantearse cuál es su reacción al ser informados "del desenlace", es lo mismo que decir que los niños no están preparados para el "divorcio" o "separación" y que su reacción es negativa cuando son informados del "divorcio".

Tales sustituciones tienen como fin primordial, por un lado, evitar la repetición de una misma voz y, por tanto, ofrecer una mayor variedad léxica a lo largo del texto. Por otro, ayudar a la cohesión, pues los enunciados donde va apareciendo una misma palabra van guardando, a su vez, una relación. Es más, en este caso concreto, no es de extrañar que el término "divorcio" se sustituya con una cierta frecuencia por otros de igual significado, pues constituye una palabra clave, que no solo figura en el título del texto, sino que además representa el tema del que se habla, es decir, las repercusiones que el divorcio tiene en los hijos del matrimonio separado.

 

2. Extraer del texto un antónimo textual de la palabra "hijos" y de la palabra "separarse" y justificar su uso.

En el texto, el antónimo más claro de la palabra "hijos" es el término "padres", pues se presentan como contrarios o términos opuestos en relación con la palabra "divorcio". Y el antónimo de "separarse" es el verbo "reconciliarse", pues se trata de dos acciones opuestas o contrarias que pueden realizar los matrimonios.

Es muy significativo que el autor del texto juegue con estos contrarios, pues el asunto que aborda es precisamente el de las separaciones de los padres y sus efectos en los hijos.

 

3. Extraer del texto los casos más evidentes de palabras que se repiten y justificar el uso de esas repeticiones.

Como puede comprobarse, en este texto se repiten, sobre todo, las palabras "divorcio", "ruptura", "padres" e "hijos". Se sabe que las repeticiones de unas mismas palabras a lo largo de un texto pueden constituir un defecto que debe subsanarse recurriendo a sustituciones o a sinónimos; sin embargo, en el caso que nos ocupa, se hacen necesarias y son muy significativas, puesto que las cuatro palabras extraídas constituyen el centro de atención de todo el texto, más concretamente, del tema que en él se aborda: las repercusiones negativas que las rupturas de los padres producen sobre los hijos. Por lo tanto, es normal que términos tan relacionados con el tema del discurso aparezcan repetidos múltiples veces.

 

4. Extraer de los dos primeros párrafos del texto los términos que guardan especialmente una relación semántica con la palabra "divorcio" y justificar su uso de acuerdo con el contenido general del texto.

En primer lugar, encontramos la palabra "matrimonios", que son las parejas sobre las que puede recaer directamente un "divorcio", término que posee, dentro del texto, el mismo significado que las palabras "ruptura", "trance" y "desenlace". Pero, en relación semántica con ellas, están también los verbos "separarse" y "romper", pues significan lo mismo que "divorciarse". Podemos afirmar, pues, que todas estas voces pertenecen a un mismo campo conceptual.

Su relación con el contenido general del texto es evidente, pues a lo largo de él se trata el tema de las separaciones que determinan algunos matrimonios, separaciones que, casi siempre, influyen negativamente en los hijos, hasta tal punto que éstos muestran un cambio de conducta motivado por el rechazo. Si, en líneas generales, éste es el asunto que ha elegido el autor del texto, no es de extrañar que en su desarrollo aparezcan múltiples palabras que guardan una relación de significado con ese tema principal.

 

5. Definir mediante un enunciado la palabra "adolescente" y justificar su uso dentro del texto.

Podemos definir la palabra "adolescente" como "la persona que está en la etapa que sucede a la niñez, etapa que llega hasta el momento en que el organismo se ha desarrollado completamente".

El uso de esta palabra en el texto se justifica porque en él se plantea hasta qué punto repercute el divorcio de unos padres en sus hijos, fundamentalmente cuando éstos aún están en la etapa de la infancia y también de la adolescencia. El autor opina que, cuando los hijos están en esta fase de la adolescencia, son también víctimas de las separaciones, de modo que, igual que los niños, se desconsuelan, se confunden y, además, suelen responder con rabia.

 

6. Reemplazar el primer párrafo por otro, manteniendo el mismo significado y el mismo registro o estilo.

Lo que más comúnmente preocupa a los padres que determinan separarse, porque no ven otra salida a su matrimonio, es el perjuicio que pueden ocasionar a sus hijos.

 

 

BREVE RELACIÓN DE MARCADORES TEXTUALES

Esta breve relación contiene una serie de marcadores textuales (enlaces o relacionantes extraoracionales u ordenadores del discurso) de acuerdo con la función que cumplen o la instrucción que tales piezas señalan al receptor del texto.

Su selección atiende, sobre todo, a la frecuencia con que aparecen en los textos expositivo-argumentativos y a la posibilidad con que puede contar el alumno a la hora de reconocerlos.

La práctica de la observación de estos marcadores y de la justificación de su uso es muy conveniente para que los alumnos se habitúen a utilizarlos también en sus propias producciones.

Aclaración o explicación: es decir, esto es, o sea, en (con) otras palabras, en (con) otros términos, mejor dicho.

Adición e intensificación: y, además, también, asimismo, es más, más aún, de igual forma (modo, manera).

Causa: porque, pues, puesto que, ya que.

Cierre discursivo: en fin, por fin, finalmente, por último, en último lugar.

Concesividad: aunque, a pesar de..., con todo, de todos modos, de todas formas (maneras).

Confirmación o constatación: en efecto, efectivamente, sin duda, desde luego, de hecho, por supuesto, naturalmente.

Consecuencia: pues, luego, entonces, por (lo) tanto), en (por) consecuencia, por consiguiente, así (que) (pues), de ahí (aquí) (que), por eso (esto, ello).

Contraste u oposición: pero, no obstante, sin embargo, ahora bien, por el contrario, en cambio, antes bien, más bien.

Ejemplificación o ilustración: (así) (como) por ejemplo.

Enumeración y ordenación: primero - segundo...; en primer lugar - en segundo lugar...; por (de) una parte - por (de) otra parte; por (de) un lado - por (de) otro lado.

Recapitulación, resumen y conclusión: en resumen, en conclusión, en resumidas cuentas, en suma, en una palabra, en dos (pocas) palabras.

 

 

Nota importante:

Añadimos algunas referencias bibliográficas que pueden ser útiles para obtener información acerca de estos marcadores textuales, cuya denominación difiere según los modelos y estudiosos del tema.

Catalina Fuentes Rodríguez (1995). La sintaxis de los relacionantes supraoracionales. Madrid: Arco/Libros.

Catalina Fuentes Rodríguez (1996). Ejercicios de sintaxis supraoracional. Madrid: Arco/Libros.

Mª Antonia Martín Zorraquino y José Portolés Lázaro (1999). "Los marcadores del discurso", en Ignacio Bosque y Violeta Demonte, Gramática descriptiva de la lengua española, tomo 3º. Madrid: Espasa Calpe. 4.051-4.213.

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